Más de 2 000 adultos mayores, sin hogar en Santo Domingo

En el centro gerontológico. Los adultos mayores elaboran manualidades en este sitio que fue aperturado por el MIES. Foto: Juan Carlos Pérez

En el centro gerontológico. Los adultos mayores elaboran manualidades en este sitio que fue aperturado por el MIES. Foto: Juan Carlos Pérez

Con un beso en la mano, Anita saluda a quienes llegan al hogar de adultos mayores Santa Ana y San Joaquín, en Santo Domingo.

Nadie conoce la edad exacta de la adulta mayor, ni su verdadero nombre. Por eso se refieren a ella como Anita. La encontraron deambulando en las calles y su memoria es frágil, igual que sus huesos. La bautizaron con el nombre del hogar para adultos mayores.

Ella llegó hace seis meses al lugar, ubicado en la vía Santo Domingo -Quinindé.

Las religiosas de la congregación Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, que están al frente de la casa hogar, la acogieron.

Convive con otros 56 ‘abuelitos’ que son atendidos. Reciben abrigo y alimentación.

En Santo Domingo solo hay dos sitios preparados para acoger a las personas de la tercera edad y un geriátrico, que está a cargo del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES).

Esta institución no tiene cifras sobre cuántos adultos están sin hogar. En Santa Ana y San Joaquín se calcula que son más de 2 000.

La mayoría en estado grave, como Anita. Ella no puede hablar y se comunica a través de señales. No se le ha podido practicar exámenes médicos porque la institución social no tiene recursos.

“Por esa misma razón no se puede acoger a todos los necesitados”, según una religiosa que labora en el centro, que prefiere ser llamada por su nombre de pila: Cecilia. “Hay capacidad para 56 adultos mayores”, comenta.

En la provincia, según el MIES, hay 20 780 personas de la tercera edad. De ellas ,13 779 son atendidas por la cartera de Estado, a través del Bono de DesarrolloHumano (USD 35). La canasta básica en el país es de USD 582,94.

El hogar Santa Ana y San Joaquín subsiste de las cuotas mensuales de USD 35, que pagan los familiares de los adultos mayores.

Además, reciben donaciones o firman convenios con instituciones públicas y privadas para recibir colchones, almohadas y demás enseres.

Pero alrededor del 40% de los familiares no cumple con los pagos. “Hay personas que no tienen a nadie. No podemos rechazarlos porque están enfermos”, dijo Carmen Granja, directora del hogar.

Anita, por ejemplo, apenas puede caminar por sí sola. Se alimenta con dificultad y debe valerse de otras personas para alcanzar objetos que están en sitios altos.

En las muñecas de sus manos tiene pulseras multicolores. Las cuida como si fueran medallas, pues se las regalaron los amigos que ha hecho en la casa hogar.

Las luce durante las pocas actividades recreativas que realizan, principalmente manualidades. Lo que producen, luego se vende para recaudar fondos. Otros adultos prefieren estar sentados o acostados en las habitaciones.

La psicóloga Cristina Bedoya afirmó que ese comportamiento se da en los adultos mayores cuando se sienten deprimidos por sus enfermedades. “No movilizarse con la misma rapidez puede ocasionar trastornos en la conducta”.

La especialista agrega que la presencia de familiares o actividades recreativas pueden ayudar a mejorar el estado de ánimo de las personas de la tercera edad.

Pero, por lo general, eso no ocurre. Se acuerdan -sigue- de los adultos cuando hay una fecha especial como Navidad, Día del Padre, de la Madre o el Día Nacional del Adulto Mayor, que se celebrará este 29 de septiembre.

Será el primer año que Anita lo vivirá en la casa hogar, con sus nuevos amigos, en lugar de las frías calles de Santo Domingo.

Cómo apoyar

En la casa hogar Santa Ana y San Joaquín se impulsa una campaña para adecuar una sala de descanso. Se puede apoyar con muebles y adornos o donaciones a la cuenta de ahorros 5942076700 del Banco Pichincha.

En la Fundación Amigos para la Tercera Edad (sector Los Rosales) también se reciben donaciones. El viernes, Aseguradora del Sur organizó un acto especial.

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