La Capitanía del Puerto de Guayaquil acordó con los pescadores artesanales de Posorja -a 100 km de la urbe- intensificar los operativos en las ocho millas náuticas.
El objetivo es evitar enfrentamientos entre la flota artesanal, que sí puede pescar en esa jurisdicción, y los barcos chinchorreros o bolicheros que tienen permiso para hacerlo fuera de ese límite.
Estos últimos son denunciados de realizar jornadas de pesca en área prohibida y de capturar otras especies que los permitidos. “Además que nos dejan sin pesca, se llevan todo lo que encuentran a su paso”, reclamó José Castro, de la cooperativa Guerreros del Mar.
El capitán del Puerto, Alfredo Alvear, dispuso el patrullaje especial y perenne desde el miércoles pasado. Ese día y luego de una reunión con gremios artesanales, en los operativos se capturaron tres embarcaciones de pesca.
Los barcos Joselyn, Esperanza y Paula fueron detenidos luego de que su tripulación realizaba jornadas de pesca en área prohibida.
La noche del pasado 12 de agosto, pescadores artesanales hicieron reclamos violentos en contra de las autoridades de la Marina en Puerto Bolívar (El Oro) supuestamente por no impedir que la flota bolichera pescara dentro de las ocho millas. En Posorja se pretende evitar una situación similar.
La Asociación Ecuatoriana de Armadores de Barcos Pesqueros Camaroneros y Afines aclaró que los barcos bolicheros o chinchorreros no forman parte de la flota camaronera de arrastre. Los chinchorreros son barcos equipados con una red de cerco conocido como chinchorro. Esta herramienta les permite capturar especies pelágicas, es decir, aquellas que se encuentran en la superficie.