El canto de los gallos y el chirrido del esmeril, haciendo su labor de pulido sobre pedazos de tagua, aquietan la calma de un domingo por la tarde en la comuna de Dos Mangas, parroquia Manglaralto (Santa Elena).
En su taller, Herlinda González acomoda artículos de paja toquilla, listos para su comercialización. Ella preside la Asociación de Mujeres Artesanas de Dos Mangas.
Desde 1984 las mujeres de la comuna se dedican a elaborar artesanías con productos de la región. Y desde el 2000 están agrupadas en la Asociación con vida jurídica.
“Somos 34 las mujeres agrupadas y que trabajamos tanto de manera individual como para la entidad”, cuenta González, mentalizadora de la Asociación.
Hasta hace veinte años la población se dedicaba a la agricultura y a la explotación de madera en la Cordillera Chongón Colonche. Ahora ya han reforestado unas 700 hectáreas de bosque.
González reconoce que antes los chicos no estudiaban pero, por las artesanías, muchos de sus hijos han alcanzado el bachillerato y otros siguen sus estudios.
La Asociación tiene un local propio. Fue construido por mujeres con el apoyo de la Fundación Pro Pueblo. Todo lo que se trabaja en ese local es administrado por la agrupación que se encarga de la promoción y comercialización.También han recibido, a lo largo de los años, apoyo técnico y capacitación de fundaciones como Prodecos y CPR de España.
De estas actividades participa toda la familia. En el caso de Herlinda, su esposo Marcelo González y sus hijas Sharon, Ana y Paola trabajan en paja toquilla. Ella a su vez heredó esta habilidad de su padre, Alejandro, quien tejía hamacas.
Sus vecinas, las hermanas Juanita y Obdulia Rivera, trabajan con paja y también sapán (tallo) de banano. Mezclando ambos productos elaboran canastas, sombreros, gorras, individuales, portavasos’
Incluso este trabajo ya tiene reconocimiento internacional. Gracias al Ministerio de Turismo han podido hacer exhibición y comercialización de las artesanías en ferias de España, Perú, Colombia y Brasil.
Vicente Lainez, uno de los líderes de la comuna, dice que los artesanos de Dos Mangas han sido invitados a exponer en la Feria Internacional de Lima, en octubre próximo. Por tal motivo adelantan los trámites legales para el viaje.
Él, en cambio, se especializa en la fabricación en tagua, tarea en la que también trabaja su esposa, Teresa Tigreros y dos de sus cinco hijos: Damián y Joffre. “Ellos ya saben fundir, armar y están aprendiendo a tallar la tagua. Mi papá, Dionisio, era especialista en sombreros de paja pero yo me especialicé en tagua que es más rentable”.
La familia de Ángel Suárez, en cambio, se dedica al procesado de la paja toquilla, desde su recolección, hasta dejarla lista para la elaboración de artesanías. En la zona hay 8 ha sembradas de paja.
También se elaboran artesanías con el coco, la concha perla, la caña guadúa y las semillas de palmito que son parecidas a la tagua.
Mientras tanto, Bolívar Rodríguez sigue con su rutina de pulir pedazos de tagua en una máquina. El ruido de la pulidora es parte de su día a día en la apacible comuna.