Leonardo Orlando, prefecto de la provincia de Manabí, la más afectada por el terremoto que causó 673 muertos en 2016, insistió en la necesidad de que llegue la financiación para culminar las obras de reconstrucción que siguen pendientes, casi diez años después del desastre.
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Orlando indicó en una entrevista con EFE que “hay obras por financiar que están priorizadas en el Comité de Reconstrucción”. Asimismo, están todavía a la espera de que se repongan 6 millones de dólares procedentes del Banco Europeo de Inversiones (BEI).
Proyectos inconclusos y falta de fondos
“Nosotros hemos venido pidiendo a los Gobiernos centrales de turno en estos últimos años que nos ha tocado participar del Comité de Reconstrucción, de que se prioricen los proyectos que están inconclusos y aquellos proyectos que tienen fuentes de financiamiento“, explicó la autoridad provincial.
De igual forma, exhortó a “que repongan las fuentes de financiamiento que, en el Gobierno de Lasso, se ocuparon 6 millones de dólares de los fondos del BEI para un programa de vacunación”.
“Esos fondos tienen que ser repuestos al programa de reconstrucción“, enfatizó Orlando. La provincia ha sido también este año una de las más afectadas por la época de lluvias en Ecuador, al causar desborde de ríos e inundaciones.
El impacto persistente del terremoto de 2016
El terremoto, de magnitud 7,8, ocurrió el 16 de abril de 2016 y asoló la provincia de Manabí y a la parte sur de su vecina de Esmeraldas. Con un saldo de cerca de 700 muertos, más de 7 000 heridos y dejó millonarias pérdidas materiales.
El Prefecto señaló que también representa un desafío reconstruir y habilitar la infraestructura pública y privada en las zonas afectadas. Mencionó que los pequeños agricultores y productores ganaderos sufrieron graves afectaciones por el invierno más duro de los últimos 27 años.
Llamado a la coordinación para enfrentar los daños climáticos
“Después del fenómeno (climático) de El Niño de 1997-1998, hemos tenido un fenómeno climático extraordinario. Hoy la ley de prevención y gestión de riesgos prevé una primera fase de respuesta y luego fases de reconstrucción y reactivación económica post-desastres”, apuntó Orlando.
“Hemos tenido muchas afectaciones. Manabí ha sido de largo la provincia más afectada por este duro invierno y tenemos que unir esfuerzos todos los niveles de Gobierno”, concluyó.