Los seguidores del desfile de la Mama Negra llegaron ayer por miles a Latacunga. A las 10:00 empezó esta tradición que para muchos es la muestra del mestizaje y que tiene raíces en el siglo XVIII.
La Mama Negra es una fusión de creencias y manifestaciones culturales hispanas, negras e indígenas. Este año, los participantes se pusieron el reto de disminuir el excesivo consumo de licor, pero lo lograron a medias.
A lo largo de la av. Marqués de Maenza, en el nororiente de Latacunga, se abrieron decenas de restaurantes y locales que vendían cerveza. Cerca al monumento erigido a la Mama Negra, cuatro locales exhibían enormes tanques plásticos con botellas de cerveza, mientras grupos de jóvenes bebían y bailaban reggaetón.
En la tribuna principal, entre las 07:30 y las 09:20, se hizo el ritual del traspaso del mando entre los personajes del 2009 y sus similares de este año en presencia de la imagen de la Virgen de Las Mercedes.
“A través de esta riqueza folclórica llegamos a todo el mundo. Esta fiesta traspasó las fronteras ecuatorianas y se volvió universal. Me comprometo a seguir con esta tradición”, dijo Roberto Sandoval, Mama Negra 2010.
Si bien la presencia indígena en el desfile fue mínima, la interpretación de sus bailes y el uso de sus trajes acentuó el colorido étnico de la fiesta. Los yumbos, jachos, camisonas, loeros, negros champuceros, ashangas, curiquingues, huacos, cholas y otros personajes menores se ganaron los aplausos de los turistas que llegaron de Quito, Latacunga, Ambato, Riobamba, Colombia, Estados Unidos, Alemania, Francia, etc.
Uno de los invitados de honor fue el vicepresidente de la República, Lenín Moreno.
A pesar de la presencia de 2 200 policías y militares en las calles y carreteras se registraron congestiones.