La decimanovena feria de Integración Fronteriza Ecuatoriano-peruana y la fiesta en honor a la Virgen de El Cisne congregan desde ayer a centenares de visitantes del Austro y del norte del Perú.
Estos dos actos tradicionales alteran, cada año, la cotidianidad de la capital lojana. El sector comercial y el turístico son los que más se benefician con la alta afluencia de visitantes.
Según la Asociación de Hoteleros de Loja, del 1 al 10 de este mes, las 2 610 plazas de alojamiento que tiene Loja permanecen copadas. Esta temporada es la de mayor demanda.
En la mayor parte de hoteles se instalan más camas de lo previsto en cada habitación. No hay descuentos y las reservaciones se hacen hasta con dos semanas de anticipación.
La feria se inauguró a las 18:30 de ayer en el recinto ferial Libertador Simón Bolívar, al norte de la urbe. Por primera vez, la imagen de la Virgen de El Cisne fue trasladada desde la Catedral hasta el recinto ferial para solemnizar el acto. Una misa campal fue parte de la inauguración que concluyó con un festival de luces y música.
En la feria participan más de 400 expositores de ropa, calzado, dulces, electrodomésticos, artesanías, alimentos, entre otros.
Desde Perú llegaron no más de 20 expositores en el primer día de feria. Una de las limitantes es el pago de salvaguarda e impuestos en Aduanas. Por ese concepto, uno de los expositores que pidió la reserva de su nombre, contó que para ingresar 320 pares de calzado pagó USD 1 992 en el puente internacional de Macará.
Este expositor de la marca El Dorado, quien viajó 14 horas desde Trujillo, ese pago le obligó a incrementar el precio de cada par de calzado. “Pensaba vender cada par hasta en USD 10, pero no podré hacerlo en menos de USD 15”.
Paralelamente, a la feria empezó anoche la fiesta en honor a la ‘Churona’. El parque Bolívar se copó ayer de peregrinos. En el parque central, frente a la catedral, hubo quema de castillos, danzantes, bandas de pueblo…