Una manguera negra de 200 metros de largo une los recipientes de dos camiones lecheros.
El conducto envía la leche de los tachos del camión recolector de Gustavo Balseca a otros recipientes en otro vehículo. Los dos carros están separados por un deslave, que destruyó un tramo de la vía Alluriquín Las Damas. Sucedió en el kilómetro 18, en Santo Domingo de los Tsáchilas.
fakeFCKRemoveBalseca llama por celular al transportista que está en la parte inferior de la montaña, “ Absorbe no más que acá arriba ya estoy listo para bajar la leche”.
Es la única forma que encontró Balseca para transportar 600 litros de leche entre ambos lados del deslave. El derrumbe le obligó a alquilar el segundo automotor. De esta forma evita que los pequeños ganaderos se queden con el producto en las fincas.
El trasbordo de leche dura 30 minutos. Al finalizar lava la manguera para que no se tapone.
El camino entre Alluriquín y Las Damas es estrecho. Balseca debe mover su vehículo para que la camioneta Ford 350 se estacione en el mismo sitio y ocupe la misma manguera.
Su propietario Raúl Burbano cuenta que “la vía Alluriquín Las Damas está acabada y hay sitios que pasamos por un ladito de lo que era la carretera”.
Este transportista de leche se lamenta que antes del invierno y la destrucción de la carretera recolectaba hasta 1 400 litros por día. En estos días el volumen disminuyó a 600 litros. “Los finqueros prefirieron vender sus vacas porque no pueden sacar la leche”.
Mientras continúa con el trasbordo de la leche, Burbano dice que hay descontento con el trabajo del equipo caminero de la Prefectura local, porque no arreglaron la vía. Cuando está transitable, tres camiones lecheros recorren la vía a Las Damas. Cada uno recolecta entre 1000 y 1 400 litros diarios. Pagan USD 0,35 por cada litro a los ganaderos.
Los campesinos también usan los camiones lecheros para su transportación. Sonia Balseca tiene una finca de 15 hectáreas donde cría 40 vacas que le producen 40 litros por día. Ella ingresa en los camiones a las 05:30. Cuando termina sus labores agrícolas regresa a pie a su propiedad. En la caminata emplea alrededor de 30 minutos.
Ella relata que los estudiantes utilizan los camiones lecheros para movilizarse a sus instituciones educativas. “Pero al cruzar el deslave llegan con los zapatos y uniformes enlodaditos”.
Para suplir la falta de carretera, los trabajadores contratados por la Municipalidad de Santo Domingo construyeron escalinatas en la cumbre fangosa.
Los graderíos se sostienen con tablas de madera para construcción. Ellos además levantaron un improvisado puente de caña guadúa y madera. Este cruza por el costado izquierdo por donde antes estuvo la vía hacia Las Damas.
Los graderíos y el puente son utilizados por los albañiles que trabajan en la construcción de una alcantarilla en este sector. Ellos acarrean ripio en baldes plásticos. Cada día realizan 20 viajes con el recipiente sobre su hombro, porque no hay otra forma de transporte del material.
En Alluriquín, 134 familias que habitan en el barrio San Miguel continúan en riesgo de ser afectadas por la caída constante de un cerro que está junto al caserío.
Con la disminución de las lluvias, la maquinaria de la Prefectura regresará para culminar con la apertura de esta carretera que se comunica con la vía Alóag Santo Domingo. Ambas vías se conectan a la altura del kilómetro 80.
Cuando se repare, los camiones de Balseca y Burbano circularán con normalidad. Ahora usan la manguera para enviar la leche a las plantas de procesamiento.