En Jipijapa, cantón de Manabí, se produce un fenómeno que llama la atención a los moradores. En los pozos de agua de poblado de Choconchá, al noreste del cantón, hay un olor a gas. Al acercar un encendedor o fósforos, el pozo se enciende.
En noviembre pasado, este Diario publicó una nota en la que contó, que Choconchá es un caserío de 200 habitantes. Ahí el agua, para riego de cultivos de ciclo corto, para uso diario en baños y para la limpieza del hogar, burbujea desde el interior del suelo y llega a la superficie a través de pozos con paredes de piedra de hoja (piedra plana).
El agua brota desde el interior de la tierra por estos pozos que fueron cavados posiblemente por personajes de la cultura Moche, que encontraron abundante líquido ahí después de enfrentar una sequía de 30 años que los obligó a salir de su territorio en Perú, según el historiador de Jipijapa, Vicente Sornosa.
Este Diario consultó con funcionarios del Municipio de Jipijapa. Marisol Quimis, asesora del Alcalde, confirmó que la existencia de los pozos es legendaria. También dijo que hace años (no especificó cuántos) estos pozos desprendían gas que los encendía. “Los antiguos moradores se iluminaban prendiendo fuego sobre estos pozos”. No obstante, esa actividad cesó y el gas desapareció.
Después del terremoto que sacudió Ecuador, especialmente Manabí, el gas volvió a salir. Marisol Nieto, estudiante de comunicación, acudió al sector y constató que de los pozos que están llenos de agua sale gas. Al contacto con el fuego, queda una llamarada perpetua.
Del despacho del Alcalde indicaron que pidieron una evaluación del Comité de Operaciones de Emergencias para determinar si es peligroso o no.