Con las lluvias intensas, las calles se inhabilitan. Los vecinos deben caminar por las veredas anegadas hasta llegar a las paradas de buses en Santo Domingo.
Yanira Fierro vive, desde hace una década, en el barrio 2 de Mayo, en el oeste de la urbe. Dice que en invierno los taxistas no llegan al sector. Pese a que la calle principal es asfaltada, las intersecciones son de tierra y hay baches. “Se forman grandes huecos. El agua se empoza y se vuelve un lodazal. Es difícil caminar”.
El taxista Juan Tenorio asegura que ese es uno de los principales inconvenientes.
Según Julio César Calero, director provincial de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos, Santo Domingo no tiene un sistema de alcantarillado óptimo. Este ya cumplió su vida útil y con las fuertes lluvias se inundan casas y vías.
Verónica Zurita, alcaldesa de Santo Domingo, indicó que Corea del Sur aprobó un crédito para el Proyecto de Expansión del Sistema de Alcantarillado. El préstamo será de USD 67 977 000.
“El Estado ecuatoriano es el garante. El plazo para cancelar la deuda será de 40 años. Este incluye 10 años de gracia, a un interés anual fijo de 0,2%”.
El Concejo Municipal deberá autorizar a la Alcaldesa para que firme el convenio. Este debe darse obligatoriamente en Corea.
El Cabildo solicita la colaboración de la ciudadanía para mitigar los efectos del invierno. Se pide que no se arroje basura y se limpien los desfogues de agua. Algo similar ocurre en el vecino cantón La Concordia.
Ahí ya fue declarada la emergencia debido a que el sistema de alcantarillado colapsó e inundó las casas de 17 familias.
Según el alcalde de La Concordia, Walter Ocampo, en los últimos 17 años no se ha podido dar una solución definitiva.
Los moradores de barrios como La Nueva Concordia levantaron sus casas en terrenos en donde antes había alcantarillas. Pero muchos dueños de casas hicieron rellenos en los patios para agrandar la vivienda. Esto ocasionó que las alcantarillas se deterioren.
Para el Comité de Operaciones Emergentes de La Concordia, la única solución es reemplazar el sistema de alcantarillado fluvial. La inversión aproximada de esta obra es de USD 3 millones.
Otra acción necesaria es la reubicación de familias de las zonas de riesgo. Según Ocampo, son alrededor de 100 viviendas. Pero para ello hay que construir departamentos en condominios.
Una de las familias que sería reubicada es la Delgado Vera. Ellos vivían en el barrio Nueva Concordia. El 23 de febrero, el estero Cocola creció e inundó sus viviendas. Dos familias se trasladaron al albergue situado en la Escuela Miriam Heras. Luego este lugar también se anegó dos días después.
Erlita Vera considera que la reubicación evitará una nueva calamidad natural. Sin embargo, asegura que su situación es crítica, porque el río se llevó todas sus pertenencias. “Nos preocupa que se inicien las clases y se cierre el refugio. Esperamos que hasta eso ya tengamos un techo para vivir”.
La parroquia Valle Hermoso, en el norte de Santo Domingo, también fue declarada en emergencia. Con las últimas lluvias, el cauce del río Blanco aumentó. El puente principal podría colapsar en cualquier momento.
La erosión y explotación del material pétreo alteraron el curso del río. Carmen Porras, presidenta de la Junta Parroquial de Valle Hermoso, aseguró que 45 familias viven cerca de la ribera del río Blanco. “Vimos que ahora el cauce es mucho más rápido que el normal”.
El COE solicitó la colocación de un muro de piedras en el estribo derecho del puente. Para dar soluciones a largo plazo se espera la elaboración de un estudio técnico que costaría USD 75 000.
Dos vías afectadas
La vía Tropezón-La Villegas, en La Concordia, colapsó el fin de semana pasado debido a las fuertes precipitaciones. Maquinaria de la Prefectura trabaja en la rehabilitación de la carretera. Por allí circulan alrededor de 2 000 vehículos a diario.
En el kilómetro 5 de la vía Los Bancos-Santo Domingo se abrió una fisura en la vía, por un derrumbe ocasionado por las lluvias. La constructora Equitesa está ejecutando trabajos de sellado del asfalto.