Nuevas inversiones dinamizan a Saraguro, en Loja

El supermercado de la familia Quezada-Pachar es una de las inversiones recientes.

El supermercado de la familia Quezada-Pachar es una de las inversiones recientes.

Las tradiciones de los saraguros son los principales atractivos para los visitantes nacionales y extranjeros. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO

La construcción de un centro comercial, la ampliación de dos hoteles y la apertura de dos restaurantes y pequeños negocios forman parte del crecimiento económico y turístico del cantón Saraguro. Estas inversiones, que superan los USD 3 millones, se concretaron en los últimos tres años.

Saraguro está ubicado a 64 kilómetros al norte de la capital lojana y tiene una población de 33 365 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Es una ciudad de calles angostas y casas patrimoniales ubicadas alrededor del parque central.

La agricultura, ganadería, artesanía y -desde hace una década- el turismo mueven la economía de las familias. En el 2017 este cantón recibió cerca de 60 000 visitantes, entre nacionales y extranjeros, y durante el año pasado superaron los 90 000, de acuerdo con cifras del Ministerio de Turismo.

Los fines de semana, principalmente, hay más presencia de visitantes que llegan para conocer las tradiciones de la etnia Saraguro.

Ellos recorren las comunidades indígenas de Ñamarín, Ilincho, Gera y Kiskinchir, que apuestan por el turismo vivencial-comunitario.

Ese flujo de visitantes incentivó a realizar las inversiones en el cantón. La más importante por su tamaño es el Centro Comercial Plaza Sur, que se inauguró en julio pasado. Pertenece a la familia Quezada-Pachar.

Tiene dos plantas. La planta baja es ocupada por el supermercado de la familia Quezada. Allí, se comercializan más de 600 productos. En la parte superior hay nueve negocios como restaurantes, consultorio odontológico, panadería, peluquería y parqueaderos.

Según la representante de Plaza Sur, Consuelo Pachar, este proyecto se planificó porque Saraguro está en proceso de desarrollo comercial y requiere un espacio que atienda las necesidades de la población en servicios y compras.

Además, este centro ha generado empleos tanto en la construcción de la obra, que duró un año y medio, como en el funcionamiento. Solo en el supermercado laboran 10 personas, que atienden a un promedio de 400 clientes al día.

A una cuadra está el restaurante La Muguna. La construcción de 140 metros cuadrados combina los estilos rústico y contemporáneo. Tiene capacidad para 60 personas. La especialidad es la comida típica andina preparada con técnicas ancestrales de Saraguro.

El supermercado de la familia Quezada-Pachar es una de las inversiones recientes. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO

Este establecimiento recibe un promedio de 100 personas por día, y los fines de semana y feriados llega a 200. Para la administradora del local, Sandra Puglla, el crecimiento turístico fue fundamental para concretar este proyecto.

Por ese mismo factor, Hernán Montaño convirtió a su hostal en el Hotel Samana Wasi, que tiene categoría tres estrellas. Hace menos de dos años remodeló todos los espacios e incrementó cuatro habitaciones para albergar a 25 personas a la vez.

“Mejoramos las instalaciones para atraer a más clientes y tenemos aceptación”, señaló Montaño. Este hotel recibe un promedio de 350 huéspedes por mes. El 80% es ecuatoriano.

Otra nueva infraestructura es el Centro Turístico Pakari Tampu, ubicado en la comunidad de Ñamarín, a cinco minutos del centro de la ciudad. Ofrece actividades de deportes extremos, turismo de naturaleza y comunitaria.

El espacio cuenta con un columpio extremo, tirolina, canchas deportivas, hospedaje y alimentación. Además, recorridos por senderos y caballos para los paseos.

Para fortalecer las inversiones, dinamizar la economía del cantón y atraer más el turismo, el Municipio de Saraguro realiza desde hace tres años la Feria Cultural, cada primer domingo del mes. En ese espacio participan más de 70 artesanos y emprendedores vinculados a la gastronomía.

También se efectúan actividades que fomentan las tradiciones y costumbres como festivales de música y danza, juegos y concursos de tejedoras.

Según Polibio Minga, del departamento de Planificación Municipal, se realiza el domingo porque es el día de mayor movimiento de visitantes. “Los resultados son positivos, porque ofrecemos a los visitantes un espacio para que conozcan la capacidad artesanal, la comida típica y disfruten de una jornada cultural”.

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