En la cama seis de la habitación 403 del Hospital Rafael Rodríguez Zambrano está Vicente Pico Valencia.
Él es uno de los 10 afectados por la intoxicación masiva que se produjo luego de una fuga de gas amoniaco. Este accidente se presentó el 10 de diciembre pasado en el barco atunero Manteneme en el puerto de Manta.
Hasta el momento, la información preliminar que se maneja es que la fuga ocurrió por la rotura de una de las tuberías de las bodegas de almacenamiento de pescado en la embarcación. El amoniaco se usa como refrigerante para conservar los mariscos.
Él está solo en la habitación. Siete compañeros de trabajo que estuvieron hospitalizados por la misma situación fueron dados de alta entre el lunes y ayer.
Él tiene una complicación cardiaca y por eso los médicos de la casa de salud le recomendaron quedarse unos días más hasta que su condición sea estable.
Pico aún tiene dificultades para respirar. El pintor de viviendas dice que respirar en un ambiente invadido por gas amoniaco es una experiencia terrorífica.
Julio Arcentales, uno de los enfermeros del cuatro piso, monitorea a diario el corazón de Pico. “Está bien y con algunos medicamentos sanará rápidamente”.
Es conveniente, comenta Arcentales, que la gente sepa que trabajar en ambientes donde hay presencia de gas amoniaco requiere cuidados extremos. “Cuando hay una fuga de amoniaco, la persona empieza a sentir una fuerte picazón en la nariz, boca y pierde la fuerza en todo cuerpo”, explicó el enfermero.
Pico dijo que fue su primera experiencia y que no volverá a trabajar dentro de un barco, donde hacía trabajos de pintura. “Seguiré pintando, pero solo en la parte exterior de las embarcaciones, no puedo dejar de trabajar tengo cuatro hijos que mantener”.
En la clínica El Sol, a 10 metros del hospital, los tres compañeros de Pico que llegaron con síntomas graves de intoxicación fueron dados de alta. El médico de urgencias de esa casa de salud, Jorge Cedeño, informó que los pacientes se recuperaron satisfactoriamente. “Los trabajadores no estuvieron expuestos por mucho tiempo ante la fuga de gas amoniaco y por eso están vivos”.
Técnicos del Cuerpos de Bomberos de Manta esperan una autorización judicial para realizar una visita al barco y así poder determinar con certeza lo que sucedió a las 08:15. el 10 de diciembre.