No hay un registro de los inmuebles patrimoniales destruidos por incendios o fenómenos naturales en la capital azuaya. Solo por incendios se ha perdido parte importante de tres infraestructuras desde el 2005.
El último y más grave ocurrió el 15 de este mes en el Seminario San Luis, en el Centro Histórico. Esta zona fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad, en diciembre de 1999.
La mayor parte de su arquitectura es de estilo republicano, del siglo XIX. Hay pocos del siglo XVIII, entre estos el Seminario San Luis, iglesias y conventos.
Para los expertos del Comité Técnico Emergente, el incendio en este seminario dejó una pérdida casi irreparable. Esta casona construida desde el siglo XVII, está incluida en la lista de los 10 íconos arquitectónicos de la urbe.
Daniel Astudillo, director de Áreas Históricas y Patrimoniales del Municipio, mide la pérdida por la cantidad de elementos decorativos que tenía la antigua iglesia: pintura mural y tabular, molduras y un altar decorado con pan de oro. “La capilla de características inigualables resultó íntegramente destruida”.
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El balance del Comité Emergente determinó que el complejo arquitectónico, de 5 000 m², quedó afectado en un 30%. En la actualidad, técnicos y obreros trabajan en una remoción y evacuación de los escombros.
En el 2005 y 2007 hubo dos incendios de magnitud en el complejo de Todos Santos y está asentado en 7 775 m². Se quemó parte del convento de las Madres Oblatas y la cubierta del templo.
Astudillo recordó que en esos espacios físicos no había pinturas murales y los más afectados fueron los cielos rasos de latón (metálico), que fue lo que se restauró.
Según Santiago Ordóñez, director del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) del Austro, cuando se trata de pintura mural se pierden años de historia y no se recupera.
Para Astudillo, en los casos de destrucción de pinturas no es lícito volver a tratar de recrear lo que existió porque son obras de artes tan antiguas, sino de reconstruirse ese bien patrimonial y documentar lo que existió allí a través de un acervo fotográfico.
El complejo de Todos Santos está ubicado en el barrio del mismo nombre y es uno de los más antiguos de Cuenca. Tiene una iglesia, un convento, una escuela y el área de huertos y jardines.
Tras los dos incendios se elaboró un estudio para la restauración, que ha tenido el apoyo económico del Municipio y del INPC. El primero ha intervenido en la restauración de la iglesia y de una terraza aledaña con una inversión de USD 1,8 millones.
Otro incendio de magnitud se registró en el edificio San Cristóbal, ubicado en la esquina de las calles Padre Aguirre y Sucre. En el 2008 se quemaron 30 oficinas. El interior (de madera y adobe) quedó totalmente destruido. Ahora se trabaja en su recuperación.
Los siniestros en Todos Santos y San Cristóbal fueron por cortocircuitos, según las investigaciones. En el caso del Seminario San Luis se presume que fue un globo pirotécnico que cayó en la cubierta.
La Gobernación del Azuay también soportó un incendio que destruyó parte de su cubierta y escalera hace más de un año.
Varias amenazas
Hay otras amenazas: intervención, humedad y abandono. Hay 35 edificios del Centro que registran deterioro y están en riesgo de ser expropiados.
El Municipio de Cuenca tiene un inventario del estado de cada edificio y notificó a los dueños para que los arreglen.
Si la casa sigue abandonada, se abrirá un proceso legal para la expropiación. El Municipio solo cancelará el 25% del avalúo.