Imbabura siente un bajón en las visitas de los turistas

La Plaza de los Ponchos, en Otavalo, es uno de los principales atractivos del país para los turistas extranjeros. Foto: Francisco Espinoza para EL COMERCIO

La Plaza de los Ponchos, en Otavalo, es uno de los principales atractivos del país para los turistas extranjeros. Foto: Francisco Espinoza para EL COMERCIO

La Plaza de los Ponchos, en Otavalo, es uno de los principales atractivos del país para los turistas extranjeros. Foto: Francisco Espinoza para EL COMERCIO

En los centros de hospedaje, agencias de viajes, tiendas de artesanías... de Imbabura hay preocupación por la disminución de turistas durante el primer trimestre de este año.

La inquietud se debe a que esta actividad económica es una de las principales de la provincia, después de la agricultura, la pequeña y mediana industria y el comercio, según el Plan de Ordenamiento Territorial provincial.En torno al turismo giran 640 establecimientos dedicados a servicios de alojamiento, alimentación y recreación.

Solo los sectores alojamiento y comida ofrecen empleo directo a 5 508 personas, según datos del mismo Plan.

Aunque no hay cifras oficiales del movimiento turístico en lo que va del año, los sectores citados han realizado sus propias evaluaciones.

Los hoteleros esperaban que los turistas ocupen en los feriados de Carnaval y de Semana Santa las 7 423 plazas que dispone la provincia. Sin embargo, no se cumplieron las expectativas.

Según Carlos Andrés Orozco, fundador del Buró de Convenciones de Imbabura, que aglutina a 10 empresas turísticas, la provincia tuvo una ocupación del 60% en Carnaval, considerado el mejor feriado del año. Es decir, 30% menos respecto al mismo feriado del 2015. Las cifras del asueto de Semana Santa aún se están por salir.

En el caso de los viajeros extranjeros, Otavalo es uno de los destinos frecuentes, luego de Quito y Galápagos, de acuerdo con el Ministerio de Turismo.

La mayoría de visitantes que llega a Imbabura proviene de Colombia, Europa y Estados Unidos. Colombia es el principal mercado emisor de turistas hacia Ecuador.

La disminución de turistas colombianos se siente desde el año pasado, cuando arribaron 348 170, mientras que un año antes llegaron 368 079, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos.

La mayoría de viajeros de Colombia arriba entre diciembre y enero, pero Orozco cuenta que hubo una reducción desde fines del año pasado.Para José Naranjo, especialista en turismo, la principal razón es que Ecuador se ha vuelto un destino caro para los ciudadanos colombianos.

El fenómeno tiene relación con la constante apreciación del dólar, que vuelve más caros los servicios nacionales frente a los de países vecinos.

En las agencias de viaje también se siente la mengua de turistas, especialmente de Europa y de Estados Unidos.

Ellos llegan atraídos por el turismo intercultural, que incluye visitas a comunidades indígenas y a ferias artesanales, explica Ricardo Andrade, director de Turismo y Desarrollo Local del Municipio de Otavalo. También asegura que a los extranjeros les cautivan los atractivos naturales.

Claudio Morales, de la Agencia de Turismo Comunitario Runa Tupari, una de las principales de Imbabura, aclara que si bien entre enero y junio es temporada baja, en el primer trimestre de este año se sintió una disminución.

Explica que en febrero del 2015 su empresa atendió a 200 turistas, mientras que el mismo mes de este año fueron 120.

A criterio de Claudio Morales, los destinos de Imbabura tienen fuerte competencia en Perú y Bolivia, que también venden paquetes turísticos con componentes interculturales.

“Un día de hospedaje con comida y recorridos en comunidades de Perú cuesta USD 14. Mientras que en Cotacachi cuesta siete más”. Así calcula Alfonso Morales, propietario de un emprendimiento de turismo en la comunidad de Chilcapamba, Cotacachi.

Pero la competencia de la ‘Provincia de los Lagos’ no solo viene de afuera. José Naranjo asegura que esta jurisdicción ahora se disputa el mercado turístico con urbes como Cuenca en Azuay y Baños en Tungurahua, que han mejorado la calidad de su oferta.

Uno de los termómetros del movimiento turístico de Imbabura gira en torno al Mercado Centenario (Plaza de los Ponchos), la feria artesanal más grande de Latinoamérica.

Ahí, 3 500 comerciantes ofrecen sacos tejidos de lana, ropa bordada, collares, entre otros.

Uno de ellos es José Conterón, quien dice que hay días en que no ha hecho ni una venta por la falta de turistas.

Por eso se espera la feria del sábado, a la que arriban entre 3 000 y 4 000 personas, calcula Ricardo Andrade.

Como una estrategia para recuperar clientes, en Imbabura se coordinan acciones entre los sectores público y privado.

En contexto

Los hoteleros, agencias de viajes, artesanos de Imbabura, entre otros, coinciden en que el número de turistas se ha reducido en estos tres meses. La cantidad de colombianos, los principales visitanes, tuvo el año anterior una baja, por la devaluación del peso.

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