Luego de dos meses de la declaratoria del Estado de Excepción, hoy concluye la medida en la provincia del Azuay. Orden que se emitió luego de las torrenciales lluvias ocurridas y del deceso de dos personas, Gilberto Sanmartín y Polibio Chicaiza.
El 27 de marzo pasado se desbordó la quebrada El Salado, al sur de Cuenca y existió un deslizamiento de un alud en el Carmen de Gusho y afectaciones en la zona de Barabón. Otros cantones como Gualaceo y Paute también resultaron afectados.
Según el gobernador del Azuay, Humberto Cordero, existe un total de 400 casas que se registraron como afectadas y 267 personas que requieren ayuda. Agrega que en estos dos meses el Gobierno entregó USD 3 millones. Dinero con el que se realizó un estudio de estabilización del cerro Tubón, del sector El Descanso.
También se efectuó un estudio del sistema de alcantarillado del cantón Paute. Mientras que el Comité de Operaciones de Emergencias (COE), prevé realizar un estudio para 103 familias del sector de Los Trigales, barrio ubicado al oeste de la capital azuaya. Se busca que ellos tengan un lugar donde vivir.
Mientras tanto Manuel Tarqui, uno de los damnificados, señala que en estos domes la ayuda ha sido deficiente. “Solo recibimos un poco de pintura, periódicamente acudimos a las autoridades, pero no hay respuesta”.
Otra de las afectadas Dolores Matute, también expresa que con sus vecinos del sector El Salado, se organizaron para limpiar las viviendas “Etapa ayudó a recoger el agua acumulada. Esta cuencana de 48 años, que sufrió afecciones no solo en su vivienda si no en su peluquería, dice que todavía la ayuda del Gobierno no llega.