El Bambú de los Soneros, así se llama una cabaña rústica construida con bambú, caña guadúa y madera en el cantón Buena Fe, Los Ríos.
En el barrio Santa Rosa, en la salida hacia Santo Domingo de los Tsáchilas, la cabaña sobresale entre las casas que se encuentran a su alrededor.
Lo que más llama la atención del exterior es una enorme guitarra elaborada con latillas (varillas) de caña, atadas con bejuco de montaña. El ‘instrumento’, colocado en la parte superior de la cabaña, mide 9 metros de largo por 4 de ancho.
Su mentalizador es Enrique Zambrano, quien dice con orgullo que esa guitarra simbólica es la más grande del país.
Zambrano solo tiene formación de bachiller, graduado en uno de los colegios del cantón. No ha estudiado arte ni nada por el estilo, pero su creatividad artística revela lo contrario.
Dice que desde pequeño tuvo inclinación por el arte, por darle forma al material rústico, pero no pudo realizar estudios de arquitectura o de arte por falta de recursos.
“Los pedazos de madera y de caña que se botan los recojo para hacer figuras, decoraciones, cuadros, sillas, mesas…”, cuenta Zambrano, una persona sencilla, cuyo único oficio es convertir lo rústico en arte. La cabaña huele a madera, todo lo que se observa es madera y caña. Las sillas y mesas de su bar son de madera rústica decorada.