Manos que dan alivio y soporte durante la vacunación municipal

Gianella Giler (centro), de la Comisión de Solidaridad de la Alcaldía, acompaña a adultos mayores en cada fase. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

Gianella Giler (centro), de la Comisión de Solidaridad de la Alcaldía, acompaña a adultos mayores en cada fase. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

Gianella Giler (centro), de la Comisión de Solidaridad de la Alcaldía, acompaña a adultos mayores en cada fase. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

Para mantener el orden público en Guayaquil se necesita de mano firme. Karen Erazo lo ha aprendido en las calles de la ciudad, donde desde hace un año y cuatro meses colabora con el Cuerpo de Agentes de Control Metropolitano.

“Recuerdo que tenía un mes como agente y hubo una alerta por el parque de Las Iguanas, en el centro. Una joven gritaba porque un hombre le había robado su celular y junto a un compañero lo detuvimos hasta que llegó la Policía”.

Ahora ofrece su brazo fuerte para guiar con paciencia a los adultos mayores que llegan al punto de vacunación contra el covid-19, instalado por el Municipio en el Instituto Superior Universitario Bolivariano de Tecnología (ITB).

La agente de la chaqueta 909 lidera una brigada conformada por 12 mujeres y seis hombres, recién graduados en la Policía Metropolitana. Se encargan de brindar seguridad y una mano de apoyo a quienes llegan con bastones o en sillas ruedas.

“La mejor recompensa es la sonrisa de los adultos mayores -dice Erazo-. Estamos atentos de todo el proceso para ayudarlos, siempre cuidándolos con las medidas de bio­seguridad, como el uso continuo de alcohol”.

Cerca de 1 000 personas son parte de la logística del plan de inmunización coordinado entre el Cabildo y el Ministerio de Salud Pública (MSP), que arrancó el pasado martes 13 de abril, con la meta de llegar a 1,8 millones de guayaquileños.

Son metropolitanos, estudiantes de Enfermería y otras carreras, bomberos, agentes de tránsito, médicos de clínicas privadas y funcionarios municipales que dan soporte en tres puntos de vacunación. Todos, por estos días, han dejado sus actividades cotidianas.

En los tres primeros días, quienes son parte de esta iniciativa han aportado a la cobertura de 3 651 personas con la primera dosis. En el país se han aplicado 485 132 dosis hasta el 15 de abril, según el MSP.

Detrás de un sofocante visor de plástico, equipada con doble mascarilla, guantes, gorro y bata quirúrgica, Josselyn Cuero demuestra la experiencia que le han dejado los cuatro niveles de la carrera de Técnico Superior en Enfermería en el ITB. Unos 600 estudiantes de este instituto fueron convocados como voluntarios.

El último año no ha sido fácil, particularmente para quienes se forman en Ciencias de la Salud. Josselyn estaba lista para realizar sus prácticas en algún hospital o dispensario, pero todo cambió con la pandemia.

La institución abrió espacios de atención en sus instalaciones, para desarrollar las habilidades de los alumnos, bajo estrictas medidas sanitarias y pruebas PCR negativas. Ahora, para la vacunación, seleccionó a los más destacados, quienes pasaron por capacitaciones del Ministerio de Salud.

“Desde el primer momento me comprometí a hacer las cosas bien -dice la estudiante-. Cuando atendí a mi primer paciente le pregunté: ‘¿le dolió?’, y me dijo: ‘no, tiene buena mano’, fue una alegría inmensa”. Ese día colocó 15 vacunas.

Antes de llegar a la aplicación de las dosis, los convocados deben verificar sus datos con los digitadores. Marcelo Espinoza fue quien registró al primer paciente de este punto de vacunación.

El estudiante de Tecnología en Administración del ITB recuerda que debió tranquilizarlo. “El saludo y el trato amable ayudan a disipar los nervios”.

El registro en la aplicación del MSP no toma más de dos minutos. En algunos casos puede ser un poco más, porque no todos tienen a la mano la dirección de correo electrónico.

Ese requisito es esencial. Por esa vía se notifica el certificado de inmunización y también la fecha de la siguiente dosis. Por eso, Espinoza incluso ha recurrido a llamadas telefónicas para contactarse con los familiares que realizaron la inscripción y completar los pasos.

El nerviosismo y la ansiedad son síntomas frecuentes entre los adultos mayores antes de recibir un pinchazo que luego, para muchos, resulta imperceptible. Con paciencia, Gianella Giler trata de infundirles calma desde la llegada.

Ella es parte de la Comisión de Solidaridad de la Alcaldía, integrada por 17 funcionarias municipales. Giler es coordinadora de la Secretaría General del Cabildo; suele dividir su agenda entre la delegación de tareas al personal a su cargo y misiones de voluntariado.

Las mujeres de chalecos blancos han gestionado la entrega de viviendas a familias de escasos recursos y han sacado de la calle a personas en condición de indigencia para tras­ladarlas a albergues.

En esta semana fueron parte del primer contacto con quienes acudieron a la vacunación. Los recibieron bajo grandes carpas, con agua embotellada, mascarillas nuevas para quienes las necesitaran y sillas de ruedas. Incluso permanecen en salas de observación ante posibles reacciones adversas.

“Les hacemos sentir que están acompañados, porque algunos vienen solos -cuenta Giler-. Al final, se sienten tan agradecidos que muchos
no quieren irse”.

A la salida del ITB, los agentes metropolitanos están dispuestos a guiarlos a sus autos o a buscarles un taxi. Su guardia culmina a las 18:00.

La agente metropolitana Erazo dice que la pandemia ha diversificado sus funciones. Desde esta semana no solo resguardarán los puntos de vacunación; también estarán listos con sus uniformes para cargar las cajas con víveres que llevarán a los barrios de Guayaquil.

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