La avenida Arias Guerrero, repleta de almacenes y motocicletas, es el ingreso al recinto Las Golondrinas.
Es una zona no delimitada, de 172 km², que se disputan las provincias Imbabura y Esmeraldas, hace 28 años. “Este conflicto nos ha traído más problemas que ventajas”. Así rememora el lojano Francisco Encalada, los 32 años que lleva en esta tierra cálida, donde florece la palma de aceite, cacao y maracuyá.Las Golondrinas aparece en el mapa como una punta del occidente de Imbabura, entre los cantones Eloy Alfaro (Esmeraldas) y Puerto Quito (Pichincha).
Los 6 000 habitantes no tienen agua potable ni alcantarillado. Pero lo peor para Encalada es que la población no tiene identidad. Las pocas obras son proyectos cedidos por las prefecturas de Imbabura y Esmeraldas, en un afán de quedar bien con los lugareños. Así dice Armando Chincha, del Comité Pro mejoras del recinto.
Un ejemplo es la avenida Arias Guerrero. Una longitud de 300 metros fue asfaltada, hace un año, por Esmeraldas. Pero, el arreglo de la vía no llegó hasta el Colegio Santa Ana de Cotacachi, cuyo tramo lo construyeron técnicos de Imbabura.
El viernes pasado, una marcha ocupó tres cuadras de la calle Arias Guerrero. Los habitantes denunciaron la venta de drogas y alcohol y prostitución. Según el párroco Byron Andrango, por ser una zona no delimitada no hay autoridades responsables. “Cuando la Policía llega de Esmeraldas, para controlar los horarios de bares y centros nocturnos, les dicen que tienen permiso de Imbabura y viceversa”.
En Las Golondrinas hay cinco colegios y 14 escuelas, regentados por las direcciones de Educación de Imbabura, Esmeraldas y Pichincha. Ruth Guanoquiza, profesora del Centro Costas del Toisan, de Imbabura, resalta el apoyo de las autoridades, pero se lamenta porque viaja ocho horas, cada vez que necesita hacer un trámite en la Dirección de Educación de Ibarra.
El prefecto de Imbabura, Diego García, concurrió hace una semana al lugar con brigadas médicas y de cedulación.
El Comité Pro mejoras le planteó la organización de una consulta popular y aclarar los límites. Una delegación de la Procuraduría tiene el encargo de la Comisión Especial de Límites Internos de la República (Celir) para buscar una solución.