El paso vehicular por la vía Baños-Penipe, de 28 kilómetros, fue suspendido desde la noche del domingo pasado, horas después de la reactivación del Tungurahua.
Por eso, los buses de las cooperativas Sangay, Baños y Riobamba, y los carros particulares y de turismo dejaron de circular por allí. Un grupo de cinco policías hace cumplir esta disposición.
Ellos se ayudan con un patrullero y un cuadrón que permanecen estacionados detrás del redondel del sitio Los Pájaros.
De ese modo, según la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos, se procura evitar que los deslaves que descienden del coloso por 17 quebradas, abiertas por el proceso eruptivo desde 1999 y que están situadas a lo largo de esta vía, puedan ocasionar daños a las personas.
Eso obligó a decenas de moradores de Bilbao, Yuibug y San Francisco, en Chimborazo, a realizar caminatas de 30 minutos hasta tres horas diarias.
Geovanny Heredia y su esposa Maritza Meneses, por ejemplo, caminaron ayer de Cotaló a Bilbao (cantón Penipe) para trabajar en sus sembradíos. Les tomó media hora llegar a su destino luego de cruzar las quebradas.
La pareja se lamentó por la suspensión del transporte interprovincial por la vía Baños-Penipe. “No pasa nada. El volcán Tungurahua se mantiene igual que siempre. No se imaginan el daño que nos hacen cerrando este camino”, comentó enojada Meneses, mientras acomodaba en sus hombros a su hijo Fabián.
La pareja cumple diariamente la rutina de visitar sus sembrados de maíz y fréjol que plantaron en julio pasado. “Queremos apuntalar las plantas con maderos que ya tienen un metro y medio de alto. Por ahora no hay ceniza y los vegetales están bonitos”, explicó Heredia.
Y añadió: “En la tarde regresaré a Cotaló para coger el bus que me trasladará a mi casa en el reasentamiento de La Paz en Pelileo. Tendré que caminar por lo menos una hora”.
En Bilbao se quedaron 60 familias que se acostumbraron a un estilo de vida que para muchos es un vía crucis. Esto porque están sometidas a las reactivaciones periódicas del coloso, al riesgo de transitar por una vía peligrosa y a la sensación de marginalidad, a pesar de estar a media hora o más de Baños de Agua Santa y de Riobamba.
Lo que hasta hace 12 años fue un pueblo agrícola que contaba con una de las vías más hermosas por sus sembrados y frutales, es ahora un grupo de 16 viviendas cenicientas y de construcción mixta (ladrillo, bloque y techo de fibrocemento). Tiene una cancha múltiple deslucida donde hace años que los niños dejaron de jugar.
A los vecinos ya no les interesa realizar reconstrucciones. Solo buscan la abundante producción de sus terrenos.
Por la vía desolada también anduvo ayer Francisco Rosero, presidente de la Junta Parroquial de Bilbao. “Tengo una reunión en Bilbao. En vano esperé una hora por un carro. Sin embargo, el cierre de la vía era necesario para evitar accidentes”, explicó Rosero. A pesar de esto, la Escuela Zamora sigue funcionando con 25 infantes. Para su director, Mario Tamayo, esta labor académica, tras la clausura vial, es en extremo difícil.
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Las recomendaciones
Proveerse de mascarillas, lentes, tapones y gorras para protegerse el cabello. Las mascarillas deben ser de uso primordial para los niños y para los adultos mayores.
Sino se dispone de mascarillas, se pueden utilizar toallas pequeñas que deben ser humedecidas previamente con agua para cubrir la nariz y la boca y así evitar que el polvo volcánico ingrese al cuerpo.
Prepare una mochila que contenga comida enlatada y agua embotellada (por lo menos unos cinco litros diarios por persona) para un promedio de cinco días.
Tenga lista y a la mano una linterna y una radio a pilas para mantenerse al tanto de los informes y recomendaciones de la Secretaría de Riesgos o las autoridades competentes.