El camino es de lastre y existe una pequeña cuesta hasta llegar a la hacienda Los Álamos en el sector Irquis, de la parroquia Victoria del Portete a 40 minutos de Cuenca. Allí unas 80 cabezas de ganado buscan que comer en medio del pastizal escaso.
Este ganado no tiene en sus orejas los aretes de identificación que el Ministerio de Agricultura, Ganadería Acuacultura y Pesca (Magap) empezó a colocar en septiembre del año pasado en el país.
Jorge Vélez es dueño de este ganado, dice que hace un mes personal del Magap le entregó los aretes de color verde en forma de botón y paletas para que coloque a sus animales. Hasta la fecha no los ha puesto, porque sus animales ya tienen un arete amarillo, con su respectivo número e información complementaria, como país de origen, edad…”No podemos perder está guía”.
Este ganadero azuayo dice que al parecer el Gobierno quiere tener datos de cuantas cabezas de ganado hay en el país. Él cree que esto es muy difícil de saber con precisión porque hay animales que pasan en los cerros o montañas. Agrega que no tiene ningún otro tipo de información del objetivo de este programa.
A diez minutos de esta hacienda se encuentra la comunidad San Pedro de Escaleras. Allí vive María Rosa Sangurima, quien en forma temerosa responde que solo tiene unas cuantas vacas.
Sangurima de 85 años deja de alentar la candela de su fogón en su casa de adobe para contemplar el pastizal húmedo y que su ganado no puede alimentarse. Por esa situación tuvo que pedir aun vecino una parcela de terreno para que tengan que comer.
En su rostro están marcadas las líneas de expresión de sus años, en las que demuestra su actual preocupación por su ganado “tenemos que cuidarlos nos quieren quitar cuando nos censen”.
Ella no sabe en que consiste el areteo, su temor es que ya no pueda vender los 10 litros de leche diaria por el que le pagan USD 0,35 el litro. Esta preocupación también tiene Liduvina Torres de la comunidad de Churuguso de Victoria del Portete, “tenemos que esconder el ganado para que no nos quiten”.
Torres de 77 años observa como sus sembríos de porotos y habas se perdieron por la inundación que existió a inicios del mes y se pregunta porque allí el Gobierno no vino ayudarnos y solo se interesa por nuestras vacas.
Esta azuaya que se levanta todos los días a las 04:30 para ordeñar su ganado recuerda cuando su padre le contaba que en tiempos de guerra se llevaban los caballos. “será que aquello nos va a pasar”.
A pocos kilómetros se observa los aretes verdes en forma de botón y paleta que 30 cabezas de ganado tienen desde septiembre del año pasado. Su dueño es Santiago Malo, presidente de la Cámara de la Agricultura de Azuay y Cañar.
Para Malo el areteo es una oportunidad de saber con exactitud cuántas cabezas de ganado existen en el país e iniciar un proceso de control y manejo correcto del animal. Además permitirá estar de acuerdo a las normas internacionales de tener registro, datos, control sanitario, que permite exportar la carne y sus derivados, lo que actualmente no se puede hacer.
También cree que está iniciativa que se impulsa desde Gobiernos anteriores no tiene que ver con la implementación de impuestos como se especula. Con este criterio coincide el subsecretario de la regional del austro del Magap, Javier Serrano, al señalar que la población no tiene que dejarse llevar por falsos comentarios.
Serrano explica que este programa al que denominan Sistema de Identificación y Trazabilidad Animal (SITA) busca tener un catastro ganadero puso como ejemplo que en la provincia del Azuay existe un registro de que hay 260 000 bovinos pero se sabe que son más. Por ello cree que es necesario conocer cuál es el número exacto al igual que en todo el país, donde también se realiza el proceso de areteo y la cifra que se tiene actualmente de cabezas de ganados es 5,5 millones.
Otro de los beneficios del Sita señala que es el control sanitario en las zonas de mayor riesgo epidemiológico, al igual ayudará en la movilización del ganado a cualquier lugar del país para controlar el contrabando, porque cada animal tendrá el código del país, código de provincia, número correlativo, código de barras.
Según Serrano hasta el 11 de enero pasado en la provincia del Azuay un total de 75 841 cabezas de ganado tienen los aretes y en el resto del país 1, 7 millones, que representa el 33% del total. Ademán cuentan con el Registro único animal (RUA), documento que se lleva el propietario del animal en el que constan los datos del bovino, como garantía que su animal fue identificado, le pertenece y puede vender las veces que desee, tan solo tiene que indicar que lo hará.
Este papel más los aretes ayudará para controlar los robos y tener una estadística de cuántos animales son faenados y vendidos en el país, dice Serrano.
Al igual el gerente propietario de la empresa cuencana Nutri Leche, Alejandrino Moncayo, señala como positivo el areteo, porque servirá para clasificar el ganado, conocer el rendimiento de cada vaca. Además debe existir un control más estricto de la calidad del animal, porque esto influye en la calidad del producto que se expende como quesos, yogures y leche que no tienen el grado de pasteurización, “lo importante es mejorar para que a futuro se pueda exportar la leche y sus derivados.”
Para el ingeniero agrónomo José Zhunio, quien desde hace más de 20 años ejerce su profesión de forma independiente y entidades privadas, señala que es positivo que los animales tengan está identificación, porque a más de saber cuántos bovinos existen servirá para controlar enfermedades como la fiebre aftosa.
El profesional que trabaja en las poblaciones de Gualaceo, Jima, Ludo, San Bartolomé asegura que allí la gente esta colocando los aretes a los bovinos, pero que si tienen preocupación que el manejo de los animales sea la correcta, porque tienen experiencias de que personal de entidades como de la Conefa o Magap, colocan la vacuna para la fiebre aftosa de forma equivoca y provocan un daño al animal.