Los estudiantes de las escuelas Eloy Alfaro y Alfredo Vera, en el norte de Esmeraldas, esperan ansiosos el fin de la jornada escolar del día. Frente a los establecimientos, en la calle, hay puestos de venta de mangos, grosellas y hobos con sal y limón. Esos productos son apetecidos por los pequeños.
Algunos también saborean el algodón de azúcar y huevitos dulces, hechos a base de harina.
Según Sandra León, del Programa de Alimentación de la Dirección de Educación de Esmeraldas, los vendedores ambulantes y de los bares de las escuelas deberían cambiar la oferta de productos para los infantes.
“Se venden golosinas con alto contenido de grasa saturada. Eso afecta a la salud de los niños”.
José Rosero, de 8 años, dice que sus padres le advierten que no compre ese tipo de comidas. Pero el estudiante de la Escuela Alfredo Vera confiesa que no hay más opciones a la hora de salir de clases. Los rectores de las escuelas de Esmeraldas coinciden en que falta establecer control a las afueras de las instituciones.
Es común la venta de papas fritas cocinadas en pailas con aceite quemado y reutilizado. Y pocos centros educativos fiscales tienen bares con alimentos saludables.
De acuerdo con una investigación realizada por estudiantes de Enfermería de la Universidad Técnica Luis Vargas Torres, en el sector El Arenal, el 63% de los niños tenía desnutrición en el 2011.
La causa: los malos hábitos alimenticios. También se relacionó a la enfermedad con factores ambientales como la contaminación por la presencia de benceno (hidrocarburo), que destruye los glóbulos rojos.
Los niños -según el estudio- pierden defensas al no comer sanamente y son más vulnerables.
Rosero come pescado, carne, huevos fritos, pan y hasta arroz en el desayuno. En ocasiones ingiere frutas y bebe poca agua.
Según el médico Nelson Muela, la dieta debe estar bien proporcionada. El desayuno debe ser rico en alimentos fibrosos, como cereales, yogur y frutas.
La Dirección de Salud de Esmeraldas no tiene cifras sobre el estado nutricional de los niños. Amarilis Palma, nutricionista, sostiene que recién se está levantando una base de datos. El trabajo empezó a realizarse en el 2010.
Solo en el cantón Esmeraldas, hay 398 planteles educativos entres escuelas, jardines y colegios. De estos, 60 han sido inspeccionados y 30 tienen bares donde venden comida nutritiva.
Uno de ellos es el de José Benito Cottolengo. Ahí, cada 15 días, los padres de familia, de grados diferentes, organizan comidas saludables para enseñar a los niños a alimentarse correctamente.
Sobre una mesa colocan banano, leche, avena, cereal y yogur. En otro extremo, sirven platillos tradicionales como el ‘tapao’ de pescado, cebiche de camarón, pescado al vapor y patacones.
María Verduga, docente del plantel Cottolengo, explica que hace un año vendían ‘snacks’. Pero lo sacaron de las perchas porque tienen un alto grado de colorantes y no son recomendados para los niños. Actualmente en el bar se ofrece ensaladas de frutas y jugos naturales. “Cambiamos la comida chatarra por la nutritiva. Así cuidamos a los niños”, comenta.
Según la investigación de los alumnos de la Vargas Torres, el 33% de niños de 1 a 5 años ingiere a diario comidas rápidas; el 60% lo hace de forma esporádica y el 6,67% no la ha ingerido.
El estudio se hizo en el sector de El Arenal, cerca de la escuela donde estudia Rosero. Él consume agua con cloro como muchos de sus amigos de clases.
La investigación determina que el 70% de los infantes lo hace. Muela indica que uno de los problemas de deshidratación también responde a la falta de consumo de agua entre los niños y al desconocimiento de las madres.
Por ello, recomienda acostumbrarse a tomar agua como bebida, en lugar de zumos artificiales y refrescos dulces.
Tres consejos básicos
A partir de los 5 años es recomendable buscar productos lácteos semidesnatados para los niños. Además hay que evitar la ingesta copiosa por las mañanas y por las noches.
El estudiante debe ingerir cinco comidas diarias. El desayuno, un entremés a media mañana, el almuerzo, otra porción en la media tarde y finalmente la cena en la noche.
La dieta de los pequeños debe ser rica en verduras y frutas. El pescado es más saludable al vapor o a la brasa. El verde, en cambio, es mejor cocinado.