Los guayacanes atraen a 10 000 turistas

Dos turistas cuencanas visitaron el viernes pasado los árboles totalmente florecidos en la parroquia Cazaderos. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO

Dos turistas cuencanas visitaron el viernes pasado los árboles totalmente florecidos en la parroquia Cazaderos. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO

La familia de Juan Salazar, que viajó de Quito, acampó el fin de semana en la parroquia Cazaderos, bajo los árboles en pleno florecimiento. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO

El florecimiento de los guayacanes en el cantón Zapotillo es una de las épocas más esperadas del año. De acuerdo con cifras del Municipio, un total de 10 000 turistas han llegado a las parroquias Cazaderos, Bolaspamba y Mangahurco, durante los 10 días de la floración, que finalizará mañana.

Será una cantidad similar a la del año anterior. Desde el viernes pasado 3 de enero del 2020, las tres parroquias -donde está ubicado el bosque de 40 000 hectáreas- reciben una masiva presencia de turistas, que arriban en automotores, motocicletas y bicicletas.

Este año, el espectáculo natural fue anormal en relación con los años anteriores, porque empezó hace tres semanas de forma dispersa y escasa. Pero hubo el rebrote esperado y los turistas nacionales y extranjeros empezaron a llegar desde el viernes anterior para vivir esta experiencia.

El florecimiento se tardó, porque las primeras lluvias de diciembre fueron leves y de poca proporción. De acuerdo con estudios realizados por el Ministerio de Ambiente, para que este bosque florezca en toda su magnitud se necesitan que caigan, al menos, 45 milímetros por metro cuadrado.

Pero entre el 1 y 10 de diciembre solo hubo una lluvia acumulada de 9,40 milímetros en Bolaspamba y Mangahurco. Por eso, como es la función biológica normal, siete días después empezó el florecimiento en esas parroquias, pero de forma incipiente.

El 26 y 27 de diciembre volvió a llover en todo Zapotillo, esta vez de forma copiosa. Eso favoreció para el rebrote de la flor amarilla. El Municipio de Zapotillo y las juntas parroquiales hicieron la promoción.

El evento se difundió a través de redes sociales. Las operadoras turísticas de Quito, Guayaquil, Cuenca, Machala, Loja y otras ciudades del Ecuador empezaron a ofertar sus paquetes turísticos.

Entre el viernes pasado y ese lunes 6 de enero del 2020, VIVEnow Cuenca movió sobre los 400 turistas para avistar el florecimiento. “Es un fenómeno natural que despierta curiosidad y encanto entre la gente”, comentó José Barrera, dueño y guía de esta operadora.

Esta empresa cuencana ofertó tours a USD 49,99 por persona y por día, incluidas la movilización, alimentación, guianza por una de las parroquias y el ingreso al Bosque Petrificado de Puyango. Tuvo clientes de Cuenca, Quito, Azogues y Riobamba.

Dos turistas cuencanas visitaron el viernes pasado los árboles totalmente florecidos en la parroquia Cazaderos. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO

“Lo más placentero es fotografiarse al pie de los árboles colmados de una flor amarilla intensa, las casitas sencillas de adobe y los chivos corriendo por el entorno”, destacó la quiteña Selena Mendoza, de 23 años. Arribó con 13 amigos.

Para abaratar costos, ellos alquilaron una buseta que los trajo el fin de semana a Zapotillo. Cada uno pagó USD 50 por el transporte y el resto corrió por cuenta propia, de acuerdo con sus necesidades. El sábado anterior recorrieron Mangahurco y acamparon en carpas; el domingo, en cambio, se dirigieron a Cazaderos.

A diferencia de otros años, esta última parroquia recibió el mayor flujo de visitantes porque los guayacanes florecieron una sola vez y uniformemente. El sábado, la Junta Parroquial registró el ingreso de 360 buses, busetas y vehículos pequeños, por la vía La Hoyada-El Limo-Mangahurquillo y el domingo hasta el mediodía sobre los 100. Esto sin contar con el arribo por las otras dos carreteras de acceso a la zona.

En los sitios de mayor florecimiento, como la subida a Mirador, Cazaderos y Pampas –por el entorno de copiosos árboles floridos– los turistas descendían de los vehículos para fotografiarse y eso provocaba congestionamiento, porque la carretera es angosta.

Para Gladys Astudillo, presidenta de la Junta Parroquial de Cazaderos, aunque sea solo una vez al año el evento dinamiza la economía de las familias. Los habitantes improvisan cualquier espacio de sus casas para ofrecer hospedaje, alimentación y otros servicios de guianza y paseos a caballo.

Pablo Correa, de Tours Explorer, llevó a 60 quiteños el fin de semana por USD 165 cada uno. Fueron tres días y dos noches. “Nuestros turistas regresaron contentos, porque el espectáculo natural sobrepasó sus expectativas. Hicieron picnic y hasta noche cultural”, señaló Correa.

“De que volvemos, volvemos, porque este florecimiento está muy bonito. Es como renacer a la vida”, dijeron Mariana Perrone y Ariel Plesinger, esposos que llegaron desde Argentina. “Hemos viajado mucho, pero esto vale la pena repetirlo”, señaló Perrone.

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