Los feligreses despidieron al sacerdote Gagliardo

Federico Gagliardo fue despedido por sus feligreses de la iglesia María Madre de Los Ceibos, en el norte. Seguidores de todas las edades, de colegios y de varios sectores de la ciudad, hicieron vigilia desde el lunes cuando falleció. Se escucharon oraciones y cantos.

Una corte de miembros de la Armada Nacional se ubicó ayer a los costados del féretro. Gagliardo fue capellán de la entidad durante 20 años. En voz baja, en la mañana, se recordaba su trabajo como activista de causas sociales y defensor de los derechos humanos. Durante el debate de la nueva Constitución, en Montecristi, rechazó el aborto y las uniones homosexuales en actos públicos.

Cinthia Adum, catequista de la iglesia por más nueve años, dijo que “era un santo” el sacerdote de 68 años. Recordó que recuperaba matrimonios y los jóvenes hacían filas para recibir un consejo, porque era como un psicólogo. “Siempre se lo tachó de pelucón, pero era bastante todo lo contrario, bastante modesto”.

Según Adum no tenía disputa alguna con el actual Gobierno, así como desaprobaba algunas cosas del actual régimen, también lo hacía con la cúpula de la iglesia.

En junio pasado, el sacerdote sufrió una caída severa en la iglesia Santa Gema, donde asistió a una reunión. Esta le provocó un hematoma cerebral. Luego de una operación de urgencia, en el Omnihospital, no presentaba mejoría. Incluso estuvo varios días en terapia intensiva.

En julio fue trasladado a la clínica Kennedy, en esta casa de salud murió el lunes a las 15:00, según su asistente, David Pozo. Ahí fue operado de una craneotomía, por un daño cerebral. Horas antes, su madre había fallecido en Ibarra.

“Él había estado en coma los últimos días, solo escuchaba a las personas que iban a hablarle y lloraba”, contó Bernard Fourgers, amigo íntimo del padre.

Hasta mayo del 2009 Gagliardo fue párroco de Los Ceibos, luego de 33 años. La medida fue rechazada por los feligreses y se atribuyó a una disposición del arzobispo de Guayaquil, monseñor Antonio Arregui. Posteriormente no se lo asignó a otra parroquia y estuvo en un año sabático.

Ayer al medio día luego de oficiar la misa, los feligreses de Gagliardo abuchearon a Arregui. “Judas”, “bótalo”, “en vida hermano, en vida”, le gritaron a la salida de la iglesia hombres y mujeres.

Arregui dijo que era “momento de pedir por nuestro hermano...” y que lo demás no era importante. Luego abandonó la iglesia.

Gagliardo impulsó la construcción del templo en Puerto Azul, en la vía a la costa. Según sus seguidores la iglesia de Los Ceibos “tomó vida” gracias al padre.

En el subterráneo del sitio se encuentra una sala donde existen 900 nichos, para todo tipo de personas que deseen que sus restos permanezcan ahí. En el lugar se encuentra el progenitor del sacerdote. Y ahí también reposarán sus cenizas desde hoy, cuando se las coloque en uno de los nichos.

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