En Alluriquín, parroquia rural de Santo Domingo, no hay agua potable.
Según el presidente de la Junta Parroquial, Williams Arteaga, para abastecer a la población se instalaron unas tuberías que captan directamente el agua de los ríos Toachi y Pilatón.
En abril último, unas 500 personas debieron ir al subcentro de salud de la zona, con enfermedades asociadas al consumo de agua de mala calidad. Entre estas sarpullidos, alergias y dolores estomacales.
El Ministerio de Salud tomó muestras en el sitio de captación e hizo análisis. Se descubrió que por cada 100 mililitros de agua había 3 500 gérmenes producto de coliformes fecales (heces de ganado).
La zona precisamente es ganadera y aparentemente los excrementos son arrojados directamente al río.
Entre las personas que enfermaron en abril, constan 100 niños de una escuela fiscal. Ahí también se hicieron análisis y se descubrió la misma problemática: rastros de heces.
El Departamento de Salud Ambiental de la Dirección Provincial de Salud determinó que el agua que se consume en Alluriquín no es de calidad.
Según Estuardo Suin, coordinador municipal de parroquias, en noviembre está previsto que se ejecuten dos proyectos para potabilizar el agua. El primero es una planta de potabilización del agua financiada por Hidrotoapi (compensación) y el otro, la instalación de alcantarillado con fondos municipales.