Ken e Iris Embry, de 73 y 67 años, llegaron para radicarse en Cuenca 15 días antes del primer caso de covid-19 en Ecuador, en marzo del 2020. Desde entonces varios de sus compatriotas se regresaron para vacunarse en su país.
Los Embry cuentan que del edificio donde viven en el sector de El Batán en la capital azuaya, dos parejas regresaron a Estados Unidos en enero pasado, pero tienen previsto volver a Cuenca el próximo mes. Para los Embry, regresar a California era difícil, porque venían huyendo de los incendios forestales y por eso se quedaron en Ecuador.
“Preferimos quedarnos y esperar acá, y hoy (jueves 20 de mayo) recibimos la primera dosis de Sinovac”, dijo Iris. Desde el pasado 15 de marzo, cuando empezó la fase 1 y se abrió la plataforma del Plan Vacunarse (al mismo tiempo que los ecuatorianos), empezaron a registrarse estos extranjeros, que tienen la cédula nacional de residentes.
Ellos no se saltan la fila ni tienen prisa. Algunos van solos y otros van con sus traductores. Les ha tocado esperar los mismos tiempos que los ecuatorianos hasta ser convocados, pero son muy pacientes y mientras les llegue la notificación se cuidan mucho, dice la cuencana Melissa Abril, quien asiste como traductora a un grupo de extranjeros.
En medio de la pandemia, se los ve pasear por la ciudad, comprando en los supermercados, recorriendo los espacios turísticos y en los últimos tres meses, arribando a cualquiera de los seis puntos de vacunación del Ministerio de Salud Pública (MSP).
La estadounidense Cathlenn Frances tiene 73 años y vive desde hace siete en Cuenca. El jueves pasado recibió la segunda dosis de Sinovac, en el Poliforo de la Universidad del Azuay. Pese a que su español no es muy fluido, se dejaba entender ante las enfermeras.
Ella se registró a principios de abril pasado en la plataforma del MSP y casi al mes la convocaron. “Aquí (en Poliforo) demoré 45 minutos, porque nos quedamos 20 (minutos) en observación. Todo es fácil, la atención muy buena y la gente amable”, dijo.
Casi al mismo tiempo se vacunaron los esposos Douglas y Bárbara Morgan, ambos de 71 y procedentes de California. “Esperamos un poco desde que nos registramos, pero valió la pena porque la aplicación de la vacuna es rápida”, comentó el esposo.
La coordinación zonal 6 del MSP no tiene un registro de cuántos extranjeros de la tercera edad han sido inoculados en estos tres meses. Melissa Abril acompaña a un promedio de siete jubilados por semana y otros que llegan solos a los puntos de vacunación.
Ella también conoce que, entre diciembre y febrero pasado, varios jubilados se regresaron a Estados Unidos o Europa porque tenían la incertidumbre de que este proceso tardaría en Ecuador.
Además, dice André Obiol, presidente de la Asociación Hotelera del Ecuador, se generó miedo de enfrentar el contagio solos y distantes de sus familias, con los servicios de salud colapsados.
Obiol señaló que eso generó más pérdidas económicas para Cuenca porque -con los ingresos de los pensionistas- estas personas llevan una vida cómoda y de consumo. “También se desocuparon muchos departamentos que rentaban”.
No hay una cifra de cuántos retornaron, pero hay quienes lo hicieron de forma definitiva y la mayoría temporal, dijo Abril. “Regresaron con sus familias para vacunarse y volverán cuando pase el período más complicado de los contagios y se sientan protegidos”.
Valerie Wetmore, de 73 años, también tiene amigos que retornaron a Estados Unidos y con quienes se comunica siempre. “Me han dicho que ya se vacunaron y que pronto volverán. En medio de cualquier dificultad esta ciudad es hermosa, limpia, tranquila y segura para vivir”, comentó.
Al contrario que sus amigos, ella nunca pensó en regresarse ni siquiera porque en EE.UU. puede escoger el tipo de vacuna. “Dije aquí me quedo pase lo que pase y ya estoy vacunada. En esta ciudad la gente se cuida y no importa el tipo de vacuna o el país”, dijo Weimore.
Nancee Wong tiene 69 años y aún espera la notificación para vacunarse. “No tengo prisa, ya me llamarán”. Mientras tanto, cuando ingresa a algún restaurante, mantiene los protocolos de bioseguridad. Está consciente de que el acceso a las vacunas de la posibilidad de viajar a otros países o esperar en Ecuador. “Yo prefiero esperar aquí (Cuenca)”.