Los vecinos del volcán Tungurahua dicen que esta vez los cañonazos y los bramidos son más fuertes. Ellos tienen razón. El Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, encargado de monitorear a la montaña, ratifica esto.
fakeFCKRemove“En esta ocasión el volcán ha mostrado una actividad más alta que en ocasiones anteriores”, explicó el director Hugo Yepes.
En el edificio de la entidad, donde están los aparatos y computadoras que monitorean el comportamiento del coloso dan alertas de nuevos eventos en un promedio de cada cinco minutos.
Desde el viernes pasado, cuando hubo una erupción con una columna de ceniza, material incandescente y vapor de agua que alcanzó los 10 km, las explosiones son constantes.
“Anoche sí parecía que venía una explosión bien fuerte y que ya se iba a terminar todo. De tantos bramidos la mama Tungurahua ya está hasta ronca”, dice Carlos Rosero, morador de Patate.
Este agricultor señala que los estruendos fueron los más fuertes que él recuerde. Estas explosiones estuvieron acompañadas por pequeñas columnas de vapor y por material incandescente (piedra y lava).
“Estuve muy atento porque mis papás decían que cuando ya bota piedras bien grandes y brama mucho es porque ya mismo va a reventar. Estuve mirando, mirando para ver cuándo tenía que dejar mi casa”, cuenta Rosero.
Las explosiones fueron escuchadas en Riobamba, Ambato y hasta en Latacunga.
Según Yepes, estas han superado a las de las últimas tres erupciones.
Por ejemplo, en el 2006 las explosiones eran de 14 y 15 pascales (medida de presión) y las de ayer superan los 200 pascales. Es decir, son 20 veces más fuertes. En ese mismo año se registraban entre 50 y 60 explosiones en el día, ahora se dan entre 10 y 15 por hora. Estos eventos están acompañados por material incandescente. Se ha visto que salen piedras de hasta el tamaño de un auto. “El volcán está liberando energía que se halla acumulada en el interior”, señala Yepes.
Según los técnicos, en la erupción del viernes no se liberó todo el material. Creen que en el interior aún existe magma.
“Hay que estar atentos a todos estos eventos para alertar y que los moradores sepan cómo actuar en el caso de que hubiera otra explosión fuerte”, dice Yepes.
Mientras algunos vecinos del volcán han decidido salir de la zona, Rosero no deja de ver a la montaña. “No sé si son mis nervios pero ayer en la mañana vi que estaba como inflada”.