El Día de los Derechos Humanos marca una falta permanente: la reparación y justicia de víctimas de femicidio en Ecuador. Se lanzó un estudio con cifras alarmantes.
En este 10 de diciembre de 2024, la Fundación Aldea y Unicef hicieron públicos los resultados del estudio Esperando el verano: trayectorias de los niños, niñas y adolescentes víctimas de femicidio en Ecuador.
El trabajo arroja datos desgarradores sobre cómo la violencia de género y el femicidio en las familias, como su expresión más extrema, impactan a la niñez y adolescencia.
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El Día de los Derechos Humanos y el femicidio
Alexandra Escobar, oficial de Unicef en Ecuador, detalla que el estudio deja claro que la indiferencia no es el camino, sino la justicia y reparación. Más todavía, trabajar para que los femicidios no continúen.
La edad promedio de las víctimas de femicidios en niñas disminuye, pasando de 10 años en 2014, a ocho en 2024. Muchas enfrentaron violencia sexual e, incluso, estaban en estado de gestación.
El femicidio o asesinato de una niña, adolescente o mujer, por el hecho de serlo, es una crisis global y regional.
En el mundo, una niña o mujer muere cada 10 minutos a manos de su pareja o de un familiar.
En América Latina y el Caribe, una mujer es asesinada cada dos horas.
Hasta noviembre de 2024, en Ecuador ocurrieron 1 920 femicidios, que dejaron 1 817 menores en la orfandad. Así lo reporta Aldea.
La cifra corresponde al período entre 2014, cuando se tipificó este delito en el Código Orgánico Integral Penal (COIP), hasta noviembre de 2024.
La tendencia es creciente y se evidencia, sobre todo, en los últimos años.
El estudio abarca a 76 familias en Ecuador con 151 a menores de edad. El levantamiento de la información se realizó en este 2024.
Las violencias, aunque no de forma exclusiva, se reproducen principalmente en los núcleos familiares.
Los resultados de Esperando el verano
El levantamiento de información revela que dos de cada 10 familias señaló que las niñas, niños y adolescentes tiene alguna enfermedad, el acceso a servicios de salud es limitado.
Más de la mitad (55%) no recibe atención en salud mental. Si bien los menores continúan estudiando, solo dos de cada 10 permanecieron en la misma institución educativa luego del femicidio.
La mayoría cambió de casa y uno de cada 10 (16%) fue separado de sus hermanos.
Siete de cada 10 familias no tienen ingresos suficientes para cubrir las necesidades básicas insatisfechas. Hay hogares que se constituyen como extendidos, con, al menos, cinco miembros.
Casi la mitad de las familias (47%) tuvo problemas para pagar los alimentos en las últimas semanas. Seis de cada 10 que acogieron a los niños y niñas no han recibido acompañamiento o asesoría.
51% de las familias consultadas sí conocen y reciben el bono de orfandad. Mientras que el 38% no y el 11%, no respondió.
Siete de cada 10 familias afirman que las medidas de reparación integral son insuficientes.
Los rostros del femicidio
Yadira Labanda, madre una víctima de femicidio, reafirma que un femicidio no solo arrebata la vida de una mujer, sino que destruye familias.
Ella es activista y fue parte del proceso de levantamiento de información. En ese camino, además de recordar su historia, la mujer enfatiza que no hay una respuesta efectiva del Estado.
“Muchos niños han quedado al cuidado de sus abuelas, mujeres de la tercera edad, que ya no tienen las fuerzas”.
Ella señala que el bono de la orfandad o no llega o es insuficiente para cubrir las necesidades de los menores que pierden a su madre.
Además, muchos femicidas están libres. En Ecuador, este delito contempla una pena privativa de libertad de 22 a 26 años.
Cifras faltantes sobre los femicidios en Ecuador
Alexandra Escobar remarca qué hay un subregistro y aún hacen falta datos de los niños y adolescentes, así como de los casos de femicidio.
Pero hay certezas, cómo las secuelas que deja el delito en las familias, desde las psicológicas hasta las económicas.
Aun así, apunta Escobar, “el verano simboliza esperanza”. Para que esté llegue se requiere de todos: el Gobierno y la sociedad civil. Los marcos normativos existen, pero aún falta que se cumplan.
Las otras realidades tras el femicidio
La investigación tiene como propósito evidenciar y exigir acciones concretas del Estado. Esta, justamente, evidencia que la mayoría de los niños y adolescentes víctimas de femicidio está bajo el cuidado de mujeres, especialmente de las abuelas. Esta realidad contempla al 46% de los casos abordados.
El panorama, a su vez, abarca que el 70% encuestadas afirmó tener la custodia legal. Sin embargo, solo el 41% completó el proceso legal para obtener la custodia definitiva.
Esperanza y el camino por la voz de las mujeres y familias
Las voces de esa realidad son parte de Esperanza, el pódcast quincenal de EL COMERCIO.
La siguiente entrega, que estará al aire el 16 de diciembre de 2024, recoge la historia de Alexa Perlaza, quien es parte de la Fundación Madres Coraje, integrada por madres de mujeres víctimas de femicidio.
Su hija Danny Victoria tenía 26 años cuando quien fue su pareja la mató. Durante tres días ella no apareció, luego de matarla, él dejó el cadáver en la vivienda, con el ventilador prendido.
Ella ahora es la responsable de sus nietos y dedica su vida a la búsqueda de justicia y reparación, mientras trabaja para sostener a los pequeños y a su hija menor.
Esperanza representa el comienzo de un camino con voces de mujeres llenas de valentía, que enfrentaron violencia, transformaron su vida y, ahora, alzan la voz.