En Pedernales se instaló hace seis meses el restaurante El Trigrillo, uno de los 100 nuevos negocios. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO
En Manabí y Esmeraldas, 60 711 pequeños y medianos negocios relacionados al sector comercial, turístico y agropecuario lograron reactivarse en 21 cantones, durante los últimos dos años.
Esos sectores económicos fueron los más afectados por el terremoto del 16 de abril. Según el Servicio de Rentas Internas (SRI), hasta antes del sismo esas dos provincias costeras contaban con 185 304 negocios de ese tipo, pero el sismo solo dejó en pie al 15% de esos emprendimientos.
Para lograr reactivarse debieron esperar tres meses hasta que el Gobierno Nacional restableciera los servicios básicos.
Según la Prefectura de Manabí, luego del terremoto se organizaron ferias y festivales productivas para que los microempresarios promocionaran sus productos. A la par se empezaron a otorgar créditos a través de la banca pública y privada.
Según el Comité de Reconstrucción y Reactivación Productiva, hasta febrero de este año la banca pública ha desembolsado en las dos provincias USD 131 millones en créditos y USD 41,9 millones a través de la Ley de Solidaridad, que entró en vigencia en mayo del 2016.
Lucía Fernández, presidenta de la Cámara de Comercio de Manta, señaló que los emprendimientos empezaron a reactivarse desde sus casas e incluso desde las carpas donde funcionaban los albergues.
Lorena Castillo, por ejemplo, desde un albergue en Portoviejo preparó un ají casero para exhibirlo en una rueda de negocios. Las empresas como Supermaxi y Tía le ayudaron a gestionar los permisos para que su producto se empezara a vender. Ahora tiene una línea de ají y de aliños que se distribuye en la provincia.
Andrés Zurita, director ejecutivo de la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación (AEI), dijo que el éxito de los microempresarios en Manabí y Esmeraldas estuvo ligado a la capacitación y a la innovación. Esa organización se encargó de apoyar a varios comerciantes.
Ellos crearon el Programa de reactivación Re-Emprende, a través del cual otorgaron créditos y asesoría en manejo de inventarios y balances contables.
Este proyecto tiene un fondo de USD 10 millones, que se obtuvo de empresas privadas como Corporación Favorita, Danec, Coca Cola, entre otras. Hasta diciembre del 2017, las capacitaciones de ese plan llegaron a 2 500 emprendedores y se otorgaron 2 974 créditos preferentes, con una inversión de USD 3, 2 millones.
Una beneficiaria de esos créditos (USD 5 000) fue Diocelina Murillo, quien readecuó su tienda de abastos ‘El Chino’, en Manta. Ella invirtió en vitrinas, ventiladores y mercadería. “En la capacitación aprendí que se debe llevar un registro contable y atender bien al cliente”.
Otro proyecto privado que también reactivó a más de 4 000 emprendimientos en Manta y Portoviejo fue Adelante Manabí, de la cadena Créditos Económicos. Los emprendedores de esas ciudades recibieron préstamos de USD 2 700 e instrucción sobre administración.
En Esmeraldas, se han activado 15 817 pequeños y medianos negocios desde el terremoto. Estos emprendimientos se inclinaron hacia el turismo y la pesca. Sin embargo, según la Cámara de Comercio de Esmeraldas, aún se deben seguir reactivando más negocios en zonas como Muisne y Chamanga, donde se afectó el sector comercial. De acuerdo con datos del SRI, antes del terremoto Esmeraldas contaba con más 43 000 emprendimientos.
El analista económico José Cedeño señaló que la activación del comercio en las zonas afectadas por el terremoto fue importante porque ayudó a que los sectores pesqueros, agropecuarios y manufactureros emergieran. “La apertura de marisquerías, por ejemplo, generó fuentes de trabajo en los pescadores y sus familias”.