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Emprendedores de Chone y Santo Domingo le apuestan a los postres

Andrea Reyes creó un emprendimiento de postres durante la pandemia. María Victoria Espinosa/ EL COMERCIO

Andrea Reyes creó un emprendimiento de postres durante la pandemia. María Victoria Espinosa/ EL COMERCIO

Andrea Reyes creó un emprendimiento de postres durante la pandemia. María Victoria Espinosa/ EL COMERCIO

En Santo Domingo de los Tsáchilas y en Chone (Manabí), los emprendedores han optado por realizar postres desde sus casas para venderlos a domicilio y así generar recursos económicos para su familia en medio de la emergencia sanitaria.

La mayoría de ventas se dan a través de las redes sociales. Los emprendedores se esmeran por capturar fotos en las que sus postres se vean provocativos.

En Chone, se han creado al menos 20 emprendimientos nuevos de como la venta de bebidas como rompope, dulces manabitas, ensaladas con frutas típicas manabitas, galletas y wafles.

Estos emprendimientos han tenido el apoyo del Municipio de Chone, que se encarga de subir videos a sus redes sociales con detalles de los productos.

Esta semana fue el turno de Mi amor wafles, un emprendimiento que se ha reinventado durante la pandemia.

Alisson Ramírez, propietaria de la marca Mi amor Waffle, asegura que en Chone no se vendían estos postres. Por eso decidió elaborarlos, pero con un toque personal como cubrirlos con dulces, salsas, galletas y otros. Los primeros en probarlos fueron sus familiares, pero de a poco llegaron clientes nuevos.

Cada waffle tiene un nombre especial según los aderezos. Por ejemplo, Felicidad está cubierto de chocolate tiene dulces de colores encima. “Todos los pedidos se hacen con todas las normas de bioseguridad”.

En Santo Domingo de los Tsáchilas se han creado al menos seis negocios de postres, durante la pandemia. Uno de esos es Nino’s cakes, que empezó a vender en redes sociales desde el Día del Niño, el 1 de junio.

Andrea Reyes es su propietaria. Ella afirma que antes de la pandemia por el covid-19 era proveedora de postres para una hostería, pero tras la emergencia sanitaria los pedidos disminuyeron.

Así que la emprendedora empezó a elaborar postres para su familia y subía las fotos a los estados de las redes sociales. “Ellos me decían que estaban muy ricos y que empezara a venderlos”.

Para el Día del Niño, Reyes inició su negocio. El nombre lo escogió en honor a su abuela, quien falleció este año. “Cuando egresé de la Universidad, ella quería que tuviera mi negocio y años después lo logré”.

El primer postre que salió a la venta fue un brownie cubierto con un glaseado (fronsting) y chocolates. Luego, empezó a preparar tortas de otros sabores y rollos de canela.

En los dos primeros meses ha logrado tener una clientela fija de alrededor de 15 personas, que compran semanalmente. “La acogida se debe a que nuestra masa no tiene premezclas. Cada pastel tiene una consistencia específica, que se obtiene de saber mezclar los ingredientes. De ahí que se conserva el sabor tradicional”.

María Cabezas es una las clientes de Nino’s cakes. Ella es chef y afirma que compra semanalmente por la calidad del merengue y la esponjosidad del postre. “La decoración es muy bonita y los precios son buenos”.

Reyes señala que las tortas se entregan en cajas, que son elaboradas por su esposo Daniel Saltos. Él mide los postres y de acuerdo al tamaño elabora las cajas. Lo hace durante la noche para entregar los pedidos al siguiente día.

El Municipio de Santo Domingo ha realizado ferias y festivales virtuales para promocionar los emprendimientos locales.