Recientes emisiones de ceniza del volcán Sangay no implican un nuevo proceso eruptivo, según el Geofísico

Desde el fin de semana pasado (6 y 7 de marzo), las emisiones de ceniza han respondido a tremores volcánicos más extensos que en ocasiones anteriores. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

Las nubes de ceniza que en los últimos ocho días han sobrepasado los siete kilómetros de altura, sobre el cráter del Sangay, se han dado en medio del mismo proceso eruptivo que se inició en mayo del 2019.
Así lo explicó Silvana Hidalgo, vulcanóloga y directora del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional.
Si bien debido a los últimos eventos se ha registrado caída de ceniza, de leve a moderada en varias provincias, los equipos que monitorean constantemente el volcán no han dado señales del inicio de un nuevo o más fuerte proceso eruptivo.
Hidalgo contó que desde el fin de semana pasado (6 y 7 de marzo), las emisiones de ceniza sí han respondido a tremores volcánicos más extensos que en ocasiones anteriores. “Es decir, no es una explosión puntual que genera una columna de ceniza, sino que tenemos una emisión continua de ese material”.
Cuando esto sucede, los equipos de monitoreo detectan tremores (vibraciones dentro del volcán) de hasta tres horas de duración, lo que significa que en el interior del coloso se está formando o alimentando una columna con mucha ceniza y que puede alcanzar una altura significativa. De allí, que la cantidad de este material ha sido más fuerte en los últimos días.
Eso ocurrió con la emisión de este jueves, 11 de marzo del 2021, que se inició a las 05:00. Tras el reporte, el Geofísico alertó al Servicio Nacional de Gestión de Riesgos para que a su vez notifique a las autoridades y tomen las medidas preventivas necesarias.
Pese a estas emisiones recientes, los equipos que vigilan el comportamiento del Sangay -entre los que se incluye monitoreo satelital- no han percibido cambios en las alertas termales (de calor) o deformaciones en el edificio volcánico. “Hemos visto que no hay un proceso mayor que nos permita indicar que viene una erupción muchísimo más grande. Pero la evaluación se hace día a día, porque eso puede cambiar”, indicó Hidalgo.
Cuando empezó el proceso eruptivo, en el 2019, no se registró una afectación mayor porque el material que expulsó el Sangay se quedó en las zonas cercanas al volcán, que está ubicado en la provincia de Morona Santiago, en medio de una zona no poblada.
En junio del 2020 se registró un pico en la actividad del Sangay, cuando las columnas de ceniza incluso llegaron a provincias del Litoral como Guayas, Santa Elena y Los Ríos.
Otro evento significativo ocurrió en septiembre pasado, en donde la dirección del viento llevó nuevamente el material volcánico hasta zonas pobladas ubicadas al occidente del volcán.
En enero pasado también hubo otra alerta significativa, por lo que Hidalgo comentó que los picos en el comportamiento del Sangay podrían presentarse de forma más frecuente en los próximos días. Por ello, no descartó que las emisiones de ceniza continúen con la misma magnitud que en la última semana. Para eso, el Geofísico continuará con el monitoreo continuo y alertará sobre posibles cambios.
En Chimborazo, el ECU-911 indicó que el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) provincial se instaló esta mañana para evaluar los daños por la caída de ceniza que ya se ha registrado en Riobamba, Alausí y Guamote.
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