Cientos de personas rodearon la Escuela Quito, en Chimbacalle, sur de Quito, el domingo 7 de febrero al mediodía. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Alrededor de los recintos electorales no solo hubo votantes. En las filas -que los ciudadanos hicieron de 25 minutos a 2 horas en promedio- pudo haber infectados asintomáticos que diseminan el SARS-CoV-2.
Eso advierten dos epidemiólogos consultados, Jorge Albán Villacís y Andrea Gómez. Piden a los municipios tomar precauciones y realizar más pruebas que permitan diagnosticar y aislar a tiempo. De otro modo, en 14 días la consecuencia podría ser mayor saturación en hospitales.
Más si se conoce que ya hay seis casos de la nueva variante londinense, que se transmite hasta seis veces más rápido; y que en este mes coincidirán dos festividades: San Valentín y el feriado de Carnaval, dice Albán.
En el país se produjeron 5 809 aglomeraciones durante el fin de semana. El 90% se presentó el domingo 7 de febrero, a causa de los sufragios, confirmó Juan Zapata, presidente del Comité de Operaciones de Emergencia nacional (COE) y director del ECU-911.
Los mayores conflictos se registraron en Guayaquil, Quito, Esmeraldas y Portoviejo (en ese orden). Sin embargo, Zapata explicó que las complicaciones sucedieron en las primeras horas de la mañana, ya que después de las 10:30 el ingreso de los sufragantes fue más fluido, tras la autorización de la apertura total de los centros de votación.
En torno al real riesgo durante la jornada electoral, Albán anotó que quienes permanecieron en sitios abiertos, antes de ingresar a los recintos, tienen una menor probabilidad de contagiarse. Pero recuerda que muchos no respetaron el distanciamiento mínimo de dos metros. Y no se colocaron bien la mascarilla.
“Si conversó con alguien en la fila, a poca distancia, la posibilidad de infectarse aumenta. De otro modo, el mayor riesgo se produce en espacios cerrados, como las aulas (juntas electorales), pero allí el votante permaneció menos de 10 minutos”.
En próximos reportes de Salud se verá el impacto. El del domingo, indica que en Carchi, Pichincha, Imbabura, Galápagos y El Oro hay mayor incremento de casos, al comparar la semana anterior con la previa.
Guayaquil no contó con un plan integral
La ciudad no tuvo un plan específico de control para prevenir posibles contagios de covid-19. El COE cantonal no emitió resoluciones enfocadas en los comicios, que generaron aglomeraciones -incluso antes, en los cierres de campaña-, ventas ambulantes y una saturación de la transportación pública.
El ECU-911 registró 360 alertas por aglomeraciones. Recién ayer el Municipio comenzó la desinfección de los 15 recintos más grandes.
La alcaldesa Cynthia Viteri adelantó que las votaciones son una “luz roja”. Y que dentro de una o dos semanas se esperaría un repunte.
Ayer, el Cabildo informó de un leve aumento. Las unidades de cuidados intensivos para covid-19 llegan el 95% de ocupación, en promedio.
Quito, con dos zonas más problemáticas
Luego de las primeras evaluaciones, el Municipio de la capital determinó que la mayor cantidad de aglomeraciones ocurrió en el centro y sur.
Principalmente, en los recintos electorales ubicados en La Magdalena y Chillogallo. Por ello, el vicealcalde Santiago Guarderas adelantó que solicitarán el aumento de los sitios de votación para que exista mayor fluidez.
Analizan más acciones para evitar las ventas ambulantes y el exceso de personas fuera de los lugares de sufragio. También para habilitar nuevas vías y facilitar el parqueo vehicular.
Esta vez -dijo- hubo 5 000 agentes metropolitanos, bomberos y policías municipales, a cargo del control del proceso. Contaron con el apoyo de la Intendencia.
Esmeraldas, tercera ciudad conflictiva
Este cantón es considerado el tercero del país con la mayor cantidad de concentraciones. Las complicaciones ocurrieron en el centro de la ciudad, donde se ubican los recintos electorales más grandes. Estos funcionaron en las unidades educativas Nelson Ortiz, Juan Montalvo y Don Bosco, en la Universidad Luis Vargas Torres y los colegios Margarita Cortés y 10 de Agosto.
En el Margarita Cortés, la fila era de dos cuadras. Los policías permitían el acceso en grupos de 20 personas. La Policía y militares controlaban el ingreso por una puerta y la salida por otra, no como en otras ocasiones que hubo ingreso sin restricciones. Los electores, que llegaron antes de las 07:00, se desesperaron y colapsaron la zona.
Caos en 63 recintos portovejenses
Las aglomeraciones se registraron en los 63 recintos electorales del cantón. Silvio Larrea, director de Control Territorial del Municipio, señaló que hubo descoordinación del CNE al inicio de la jornada. Las puertas de los centros no se abrieron a tiempo y los votantes empezaron a aglomerarse.
120 funcionarios municipales fueron a los 63 recintos para ayudar a los policías y militares a restablecer el orden. Se formaron filas, que sobrepasaban las tres cuadras. El Municipio registró que los recintos más complicados fueron Colón, Picoazá y Casa de la Cultura.
Se sancionó a 60 comerciantes informales por acercarse a esas zonas y se multó a 113 personas por usar mal o no portar la mascarilla.