En las calles Las Américas y Gran Colombia está uno de los frentes de trabajo del tranvía. Foto: Xavier Caivinagua / EL COMERCIO.
Los moradores de las calles Gran Colombia y de la Mariscal La Mar tomaron en serio la oferta de campaña electoral del alcalde de Cuenca, Marcelo Cabrera. Le piden que cambie el trazado de la ruta del tranvía, en el tramo que cruza por el Centro Histórico.
Cabrera y los vecinos coinciden en que esta obra podría repercutir en el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad que ostenta Cuenca desde 1999. Para estudiar esta inquietud, una Comisión Técnica de la Unesco está en la urbe.
Ayer, 19 de agosto, recorrieron parte de la ruta de 22 kilómetros (ida y vuelta) que empieza en el sur, en la entrada a la parroquia Baños, y termina al norte en el Parque Industrial.
También, están previstas reuniones con los representantes de las universidades, cámaras de la Producción y el Colectivo Cívico de Cuenca.
Los últimos en ser entrevistados serán los habitantes de las dos calles que tienen alta actividad comercial. Las casas del sector son de bahareque, que pasan de los 50 años. El comercio y el tipo de viviendas son parte de la lista de objeciones que tienen al trazado.
Adolfo Farfán es propietario de una farmacia en la calle Gran Colombia. Él teme que con el paso de estos vehículos de 50 toneladas las casas vibren. Pero Patricia Cordero, exdirectora del proyecto, dice que eso no ocurrirá porque bajo los rieles se colocará una banda-colchón que amortiguará el peso.
Pedro Flores lleva 40 años rentando un cuarto convertido en taller de zapatería en la misma calle. Él no se opone al tranvía, pero cree que la desinformación, la lentitud de los trabajos y falta de planificación podrían retrasar la obra. “No hay un estudio socioeconómico de los efectos comercio”.
En las calles Las Américas y Gran Colombia está uno de los frentes de trabajo del tranvía. Foto: Xavier Caivinagua / EL COMERCIO.
La construcción de esta obra empezó en noviembre pasado y el tranvía debe operar a comienzos del 2016. En julio, el alcalde Cabrera anunció que los trabajos tenían cinco meses y medio de retrasos. Entre las razones estaban la ausencia de plan de movilidad, tardanza en la entrega del patio taller…
En ese entonces se replantearon las acciones y se ubicó más personal en los cuatro frentes de trabajo. Sin embargo, también se acordó no intervenir en el tramo del Centro Histórico hasta tener el informe técnico de la Unesco. El lunes se anunció que estará listo mañana.
El trazado original fue producto de tres años de estudios de prefactibilidad, factibilidad e ingeniería (técnica, financiera, ambiental, arquitectónica…), elaborado por expertos extranjeros. Se levantaron fichas catastrales de las casas.
Para el arquitecto Gustavo Lloret, actualmente es casi imposible cambiar el trazado porque hay recursos comprometidos y contratos firmados.
Esta obra cuesta USD 231 millones de recursos provenientes del Gobierno y un crédito de Francia. “Desde el principio el proyecto careció de socialización a la población”.
Para el exalcalde Paúl Granda, cambiar un tramo del trazado es hablar de otro proyecto porque cada contrato se ajusta a las características propias de cada calle. Por ejemplo, el primer cargamento de 800 de las 2 400 toneladas de rieles prefabricadas que se usarán en la ruta ya están en Cuenca.
Según Granda, la ruta definida va en función de la oferta y demanda de los usuarios. “No responde a un capricho político”. El alcalde Cabrera dijo que esperará el informe de la Unesco para pronunciarse.