Cuando la luz natural comienza a desvanecerse y llega la noche, Baños de Agua Santa se transforma en una ciudad con nuevos atractivos, para disfrutar de un paseo nocturno en familia.
Las cascadas como el Manto de la Novia, Cabellera de la Virgen, el Pailón del Diablo y otros lugares, que en la noche habían estado ocultas, ahora son visibles para los visitantes.
Están llenas de luces de colores, que sorprenden a quienes arriban atraídos por esta nueva propuesta impulsada por el Municipio local, con apoyo de la Empresa Eléctrica Ambato, y el sector privado.
El proyecto atrae a decenas de familias que buscan aventura y diversión al aire libre. De eso disfrutaron en su recorrido los cuatro integrantes de la familia de Lupe Peña que llegó de Quevedo. Ella quedó impresionada al ver cómo estas caídas de agua, de más de 100 metros de altura, tomaban formas distintas con las luces.
Regresó a esta urbe a los cuatro años. “Es algo espectacular, no me imaginaba cómo se vería en la noche las cascadas iluminadas, es muy bonito que despierta nuestros sentidos”.
El Cabildo invirtió USD 66 000 en este proyecto de iluminación. El plan entró en marcha en abril último para impulsar el turismo nocturno en familia y bioseguro.
Ahora se trabaja en la instalación de luces LED en otros sitios emblemáticos de la ciudad, como el antiguo puente San Francisco, las escalinatas de acceso a la imagen de la Virgen; este último se realizará con el aporte de la Prefectura.
Al pie de la cascada Cabellera de la Virgen está una segunda obra que son las aguas saltarinas con luces de colores. Lo interesante es que una parte de los atractivos está en el centro de la urbe y otros se pueden recorrer en paseos contratados.
Cristian Varela, director de Turismo del Municipio de Baños, está optimista con la nueva propuesta para ofrecer a los turistas. “La idea es que las familias vengan, se queden y se hospeden. Los hoteles, restaurantes y las agencias de turismo cumplen con todas estas medidas de salud”, para no contagiarse con el covid-19.
El Municipio realiza controles a los negocios turísticos y vigila que los restaurantes y cafeterías funcionen con un aforo del 50%. Los bares, discotecas, karaokes y centros nocturnos operan con el 30%.
En este plan están involucradas las 45 operadoras, que realizan los tours nocturnos a los diversos sectores de la ciudad, como caminar un kilómetro por un sendero para llegar a la cascada El Pailón del Diablo, ir al mirador las Manos de Dios, a la cascada Manto de la Novia o al Paseo de los Duendes.
El viernes 22 de mayo, la familia de Peña hizo su paseo y aprovechó el momento para tomar varias fotografías. Viajaron en una chiva para conocer la cascada Manto de la Novia, localizada en la vía a Puyo y retornaron al hotel donde se hospedaban. “Son lugares únicos y diferentes a los que se muestran en otras partes y cumplen con las normas de bioseguridad”, comenta Peña.
Los empresarios hoteleros también aplican los protocolos de bioseguridad en cada uno de sus negocios para evitar posibles contagios con el coronavirus.
Cuando llegan los clientes se aplican los chequeos, como la toma de la temperatura, la desinfección del calzado, se exige el uso de la mascarilla, gel desinfectante. Además, cumplen con el distanciamiento social y el 30% del aforo en sus instalaciones.
Estos protocolos se aplican en el Hotel Sangay, en el centro de Baños. Israel Albán, su gerente administrativo, explica que el personal está capacitado y, además, se colocó la señalización y se realiza la desinfección de cada una de las áreas donde están las 66 habitaciones y cabañas habilitadas para el hospedaje.
Atraído por esta nueva oferta arribó Juan Zúñiga, de 25 años, con su novia Jhoselyn Carrión, de 24. La pareja viajó durante seis horas desde la ciudad de Guayaquil para pasear en Baños y conocer lo que ofrece en la noche. Al caminar por la calle Martínez y Montalvo llegaron a la cascada Cabellera de la Virgen y quedaron impactados. “No me imaginaba que esta belleza estuviera dentro de la ciudad”, comenta él.
Zúñiga es especialista en turismo y hotelería. Comenta que es algo increíble y que esta iniciativa vende; por estos detalles la ciudad de Baños tiene un potencial turístico importante en el país y a escala internacional, manifiesta.
La pareja decidió visitar el Pailón del Diablo. Contrataron un tour e hicieron un recorrido que duró dos horas.
En el poblado de la parroquia Río Verde, la pareja inició el descenso al Pailón del Diablo por un sendero de piedra y arena. El guía y los turistas apoyados con una linterna caminaron durante 20 minutos para llegar a esta caída de agua.
“Las lluvias durante la semana hicieron que creciera el río y al chocar contra las rocas se pulveriza la corriente”, cuenta Esteban Zamora, el administrador del lugar.
Asegura que el sitio es el original porque fue edificado a mano desde 1994 por el difícil acceso a la zona.