Las vestimentas y accesorios con motivos étnicos son una propuesta de los diseñadores cuencanos. En esa oferta se destacan las blusas, vestidos, collares, zapatos, carteras, pantalones, suéteres…
Esa tendencia la imponen, principalmente, jóvenes diseñadores como Silvia Zeas, Ximena Mogrovejo y Marcela Orellana. Zeas tiene 30 de años, de los cuales nueve está dedicada a innovar con elementos que identifican a las culturas precolombinas.
Ha participado en más de 30 desfiles de moda dentro y fuera del país. Sus prendas tienen motivos de los pueblos Saraguro, Otavalo, Zuleta, Tsáchila… “La biodiversidad y riqueza cultural me atrae e inspira”.
Por ejemplo, en la colección Tulak (término tsáchila que significa unir) se destacan los ponchos y vestidos en tejidos de punto confeccionados en lana de alpaca. Estas prendas se complementan con reatas y collares multicolores de artesanos de Otavalo y Saraguro.
Para Zeas, cada diseño muestra la expansión de las riquezas materiales y culturales del Ecuador. Eso se refleja en la policromía de colores y bordados de los guantes, bufandas, gorros y chal que ofrece en su tienda ubicada en la calle Presidente Córdova, en el centro de la capital azuaya.
Al igual que Zeas, la artista plástica Marcela Orellana investiga a las etnias antes de desarrollar sus creaciones. Se involucra y convive con las comunidades indígenas para conocer la procedencia de los atuendos, texturas y colores.
Orellana ha creado ilustraciones con apliques de pueblos, costumbres, etnias… que los plasmó en faldas, vestidos, bolsos, entre otras prendas. Su última colección de 30 bolsos y carteras tienen ilustraciones de la cultura Tolita y se comercializan a través de la tienda comercio justo Maki, que funciona en el barrio de San Sebastián, en Cuenca.
Según Orellana, en los últimos dos años hay más interés por rescatar las riquezas culturales en la moda. Eso también ocurre en calzado y bisutería.
En el cantón azuayo de Gualaceo hay artesanos como José Jiménez, quien desde hace dos años elabora calzado en la textura de la macana. Él incursionó en esa línea porque los extranjeros demandaban un complemento para lucir las macanas (paño de lana) que adquirían en su taller, en el sector de Bullcay. Ahora ofrece zapatos elaborados con la tela que obtiene con el tejido del ikat (telar de cintura).
La diseñadora de moda Ximena Mogrovejo también optó por esa línea. “Antes había resistencia a usar prendas con diseños indigenistas, pero ahora es visto como elegancia y lujo”.
Eso lo confirma Mariana Vera, presidenta de la Asociación Macanera Bullcay-El Carmen de Gualaceo. La semana anterior, dos de sus 12 socias bordaron un saco y un poncho con motivos de flores, sol, luna y figuras andinas.
Según ella, también tuvieron un pedido para bordar los filos del escote y del velo de un vestido de novia. “Estas obras demoran, pero que al final se ven hermosas y elegantes”.
Mogrovejo trabaja en la línea de sacos y abrigos de lanas de alpaca y de borrego, pero experimentando con tinturados naturales de eucalipto, café, remolacha y chilca…. Con la mezcla de colores obtiene detalles de figuras étnicas.
Su última propuesta está relacionada con prendas modernas que tienen como fondo elementos de los saraguros. A ella le llamó la atención la vestimenta de las mujeres, la textura de sus faldas por el plisado y la cromática.
Mogrovejo considera que se ha explorado poco el tema étnico en el país. “Hay una infinidad de detalles que podemos utilizar y tenemos la ventajas de tener muchas culturas para fusionar lo autóctono con lo moderno, sin exagerar o caer en lo folclórico”.