La devoción a ‘La Churona’ también llega desde Perú

La romería de la virgen de El Cisne iniciará el 17 de agosto. Foto: Xavier Caivinagua/El Comercio

La historia de un peregrino peruano que caminó kilómetros para ver a la virgen de El Cisne y que es considerado un milagro por la Iglesia Católica, es la base de una devoción que atrae cada año a decenas de fieles de ese país, que se suman a la celebración que se realiza hoy, 15 de agosto de 2015.
Según la historia, kilómetros antes de llegar al Santuario, ubicado en la parroquia El Cisne de Loja, en el sur del Ecuador, el peregrino invocó a ‘La Churona’ porque estaba cansado y sediento. “Él estaba agotado y a punto de desplomarse, cuando pide la intervención de la virgen y de la nada brota un arroyo de agua”, cuenta el párroco Edwin Agurto.
Ese lugar es conocido ahora como Agua del Milagro. Allí hay una gruta que fue adecuada como un espacio de devoción, tiene una imagen de la virgen y una estatua del peregrino. Esta es la primera parada de los romeriantes que llegan a El Cisne, en donde pueden obtener agua para bendecirla después en las celebraciones eucarísticas.
Desde los primeros días de agosto de 2015, la llegada de fieles aumentó significativamente y entre ellos están los devotos que llegan desde Perú. La ruta que ellos toman inicia en la frontera, la mayoría ingresan por la provincia de El Oro. Ese fue el caso del peruano Sebastián Larrea, de 64 años, quien llegó a El Cisne con su hija.
Ellos salieron de Tumbes el viernes 8 y se quedaron en Catamayo para salir el sábado 9 de agosto a El Cisne. “Es la segunda vez que vengo, no lo hago con frecuencia porque es difícil venir con la familia, pero nos gusta participar en la celebración en honor a la virgen”, dice Larrea.
Pero los romeriantes no solo llegan de territorios fronterizos, asegura el padre Agurto. También hay quienes van de otras ciudades un poco más lejanas de la frontera. En esta época, hay agencias de viajes que ofrecen paquetes turísticos por tierra y aéreos para visitar el santuario y recorrer otros sitios de Loja o del país.
Un paquete muy común es el que sale de Piura pasa por Vilcabamba y llega a El Cisne. Hay otros que se extienden a Cuenca, dice Larrea. Él llegó a la capital azuaya la primera vez que vino, hace siete años.
También hay grupos familiares o de amigos, que se organizan para salir, sobre todo en los días de la romería, que inicia el 17 de agosto, cuando la imagen de la virgen sale en una procesión hacia la capital lojana.
La llegada de los peruanos aumenta cuando se desarrolla la Feria de Integración Binacional, entre Ecuador y Perú, que este año se cumple en Macará. A este evento llegan fieles de ciudades como Tumbes, Trujillo, Puno, Tambo Grande, Las Lomas, Catacaos.
A El Cisne también llegan colombianos y venezolanos, de acuerdo con los registros que tiene el Santuario. Ellos le llevan regalos a la virgen y dejan limosnas. Según el padre Agurto, la presencia de los romeriantes del extranjero es más una cuestión de fe, que de turismo.