Al país le ha salido cara la falta de acciones efectivas en contra de la desnutrición crónica infantil (DCI). De acuerdo con los cálculos de Claudia Rokx, fundadora de Heights and Minds Foundation, “un niño que nace hoy en Ecuador probablemente alcanzará el 59% de su potencial”.
Ella habla de una penalización del 5% en el PIB a causa de la prevalencia de esta problemática desde hace décadas, sobre todo en zonas rurales.
Rokx se encuentra en el país como parte del Seminario internacional Apuntando Alto: Los desafíos de una buena gobernanza para reducir la Desnutrición Crónica Infantil, que se desarrolla hasta hoy en Quito. Este encuentro, organizado por Grupo Banco Mundial, reúne a autoridades de Gobierno, oenegés, especialistas y gestores en torno a la DCI.
El 25 de octubre, en el discurso inaugural, el presidente Guillermo Lasso señaló que “por cada dólar que el estado invierte en la primera infancia, se evitará gastar en el futuro USD 17”. Para el Primer Mandatario, el efecto económico de la desnutrición será de USD 2 600 millones en pérdidas por la productividad para la economía del futuro.
Frente a esta situación, la meta de su Gobierno es reducir la DCI en seis puntos porcentuales hasta 2025, es decir, pasar del 29% que se registra en el 2022 a un 23% hasta el final de su actual mandato.
Bonos y otras acciones
Al momento, según el Presidente, el Gobierno ha priorizado acciones contra la DCI como el Programa Infancia con Futuro, con “684 000 beneficiarios”, de los cuales 144 000 serían menores de dos años, y 34 500 corresponderían a mujeres embarazadas.
Durante el encuentro, Esteban Bernal, ministro de Inclusión Económica y Social, expresó que el bono Infancia con Futuro está proyectado a crecer en 30 000 madres gestantes a 2023, con una inversión de USD 32 millones. En las próximas etapas se hará énfasis en la maternidad rural.
Pero el dinero no es suficiente
Los estudios han demostrado que los niños que sufren de DCI tendrán, en la edad adulta, hasta un 10% menos ingresos. Eso tendría un impacto directo en la pobreza a escala nacional.
Nelson Gutiérrez, autor del libro ‘Apuntando Alto: Retos en la Lucha contra la Desnutrición Crónica’ y especialista en Protección Social del Banco Mundial, dijo que uno de los problemas en el país es que hay ciudades como Quito y Guayaquil ni siquiera llegan al promedio de DCI en América Latina, que se ubicó al 9% a 2018.
Asimismo, un patrón que se ha identificado a escala nacional es que la DCI empieza a aparecer en el segundo semestre de vida del bebé. Esto coincide con un incremento en la falta de interés por parte de los progenitores en acudir a los controles posnatales desde el quinto mes de nacimiento, lo cual hace que la curva de talla y de crecimiento no sea la idónea.
Frente a esta situación, para José Ruales, ministro de Salud Pública, el objetivo con las madres gestantes y durante los dos primeros años de vida es motivar los controles médicos. Para eso han desarrollado un sistema de seguimiento nominal, que permite seguir los casos de manera continua.
Esta información sanitaria sirve para la entrega del bono Infancia con Futuro. Las beneficiarias reciben USD 50 mensuales, a los que se suman tres desembolsos: USD 90 al finalizar la gestación y dos de USD 120 en el primero y segundo año. Para recibirlos, la madre deberá comprobar parámetros como controles prenatales, vacunación, inscripción en el Registro Civil, entre otros elementos.
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