En una bodega, cerrada con un candado, se depositan los desechos infecciosos del Hospital Gustavo Domínguez de Santo Domingo.Allí a diario se generan 2 729 kilos de desperdicios hospitalarios entre corto punzantes, patológicos e infecciosos.
A esta bodega, que está ubicada en la parte trasera de la casa de salud, solo pueden ingresar tres personas que forman parte del Comité de Desechos Hospitalarios.
Ellos se encargan de trasladar internamente el material infeccioso. Para ello deben utilizar guantes y mascarillas.
Según las normas del Departamento de Salud Ambiental del Ministerio de Salud Pública, en cada habitación deben colocarse tachos de colores diferentes. En ellos se tiene que especificar, con letras grandes, el tipo de desecho.
Por ejemplo, los corto punzantes deben depositarse en galones para evitar que al estar en contacto con la piel de una persona se provoque una herida.
La enfermera Nancy Romero aseguró que ha sufrido varios pinchazos con las jeringuillas luego de aplicar una inyección o tomar una muestra de sangre. “A veces, por la premura del momento, no medimos las consecuencias”.
Para evitar aquello, lo recomendable es que los médicos, enfermeras y personal de limpieza se protejan con guantes.
Franklin Quezada, de la Dirección de Salud Ambiental de Santo Domingo, aseguró que para evitar inconvenientes con los desechos hospitalarios se inspeccionan tres veces cada año las 400 casas de salud, entre públicas y privadas, que tiene la provincia en el sector urbano y rural.
En la última evaluación del 2011, que se efectuó en diciembre, los resultados no fueron alentadores. Los establecimientos médicos solo cumplieron con el 30% de lo requerido.
Este año, la evaluación técnica fue en marzo. Los resultados cambiaron. Las casas de salud cumplen en un 89,35%. “Según la ley el buen manejo de los desechos infecciosos es un requisito para renovar el permiso de funcionamiento”, afirmó Quezada.
El procedimiento para tratar los desechos corto punzantes consiste en llenar el galón, hasta la mitad, con cloro. Esperar entre 10 y 30 minutos para botar el líquido por la alcantarilla.
En el caso de los patológicos como las placentas se debe dejar en una rejilla hasta que se escurran los líquidos infecciosos. Luego se debe almacenar en una funda plástica resistente roja. A continuación se esparce una taza de cal en la placenta y se deposita en el tacho que corresponda.
Los desechos hospitalarios no deben ser entregados al recolector de basura tradicional.
El Municipio contrató a dos vehículos recolectores especiales para que trasladen este material infeccioso. Estos funcionan desde el 2009. Disponen de una cubierta que no permite la exposición al ambiente.
Según Marco Aguilar, director de Saneamiento y Gestión Ambiental del Municipio, al mes se recogen entre seis y ocho toneladas de desechos infecciosos.
Estos son trasladados al vertedero de Santo Domingo, ubicado en kilómetro 19 de la vía a Quinindé. Allí los desechos son depositados en una celda cubierta de 10 metros de largo por dos de ancho. La capacidad alcanza para 90 toneladas de desechos.
Cada tres meses, la celda es enterrada y reemplazada por otra.
Tipos de desechos
Los comunes son los que no generan ningún tipo de peligro para la salud. Entre ellos están el papel, cartón, plástico desechos de alimentos, etc.
Los corto punzantes son los que pueden causar una herida en la piel. Estos son agujas, láminas cubre y portaobjetos, tubos de ensayo, cuchillas de bisturí y de afeitar, estiletes, entre otros.
Los infecciosos son aquellos residuos que al estar en contacto con el ser humano pueden ser transmisores de enfermedades.
Al grupo de los patológicos pertenecen los tejidos biológicos y fluidos corporales que hayan sido removidos durante cirugías, biopsias o autopsias.