Los jubilados extranjeros embellecen a Cuenca

El estadounidense Rick Snyder, de 62 años, pinta una pared cubierta con grafitis en la calle Mariano Cueva. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO

El estadounidense Rick Snyder, de 62 años, pinta una pared cubierta con grafitis en la calle Mariano Cueva. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO

El estadounidense Rick Snyder, de 62 años, pinta una pared cubierta con grafitis en la calle Mariano Cueva. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO

A la estadounidense Linda Raskind le disgustó leer un grafiti escrito en inglés en una pared céntrica de Cuenca, que decía: “Go home”. Traducido al español: “Vete a casa”. No se da por aludida, porque se siente una cuencana más desde hace cinco años.

Raskind forma parte de los cerca de 500 integrantes del grupo de voluntarios denominado Keep Cuenca Beautiful, conformado por extranjeros y cuencanos. Desde hace tres meses intensificaron su labor, que consiste en pintar las paredes llenas de grafitis del Centro Histórico de Cuenca.

La estadounidense, de 63 años, asegura que no hay ningún otro interés que mostrar la belleza de Cuenca en todo su esplendor. “Nos sentimos orgullosos de vivir en esta ciudad y queremos que luzca bonita”. No usa guantes, al igual que sus compañeros de jornada. Por eso, las manos y la ropa están cubiertas de pintura.

Ella es oriunda de Oregón (EE.UU.); en su país nunca pintaba, aprendió en la capital azuaya, viendo a sus compatriotas. Para ella, “es algo divertido, como una terapia”. Se siente satisfecha, porque su grupo ha recibido el respaldo de los cuencanos, con pocas excepciones.

Para la labor voluntaria se forman grupos de cuatro a seis personas. Por ejemplo, antes del feriado de Navidad y fin de año, cinco extranjeros pintaron las paredes de la calle Mariano Cueva, entre la Sucre y Bolívar. A Raskind le acompañaban jubilados oriundos de Florida, Nueva York y Texas, así como una canadiense. Todos superaban los 60 años.

En otro grupo estaban cuatro estadounidenses y la guayaquileña Alejandra Maldonado, de 38 años, quien desde hace un año vive en Cuenca y es pareja de Rick Snyder, de 62 años. Ellos se conocieron en Guayaquil y decidieron radicarse en la ciudad.

Maldonado destaca que Cuenca es Patrimonio Cultural de la Humanidad reconocida por la Unesco y como tal, debe conservar su belleza. “Los grafitis afean a la ciudad y nosotros tratamos de cambiar esa mala imagen. La ciudad debe mantenerse bella”. Ella tiene un spa en esta urbe.

Según Juan Neira, coordinador de Keep Cuenca Beautiful, el grupo nació hace dos años solo con ciudadanos extranjeros. Luego se sumaron jóvenes y adultos cuencanos. “A ellos les molesta ver las paredes manchadas, por eso decidieron emprender este proyecto”.

Todas las actividades que realiza el grupo las hacen con la debida coordinación y autorización del Departamento de Áreas Históricas del Municipio. Esta dependencia se encarga de organizar mingas cada sábado, mientras que los lunes y martes los trabajos son bajo la responsabilidad de los voluntarios.

Neira destaca que la compañía Sherwin-Williams donó cerca de 2 000 galones de pintura a la Municipalidad, que es la encargada de canalizar su uso. Son de diferentes colores y para uso externo. Sin embargo, también se hacen las mezclas respectivas para obtener la tonalidad que se requiere.

De los 500 integrantes del grupo, un promedio de 25 personas está presente en cada una de las mingas que se hacen los lunes, martes y sábado. Hay propietarios de las viviendas que, al observarlos pintando, les preguntan: ¿cuánto cobran? Al escuchar que no tiene costo, les dan las direcciones de sus casas.

Las manifestaciones populares en contra del Gobierno, en octubre pasado, dice el coordinador Neira, ayudaron de alguna manera. “Veníamos gestionando los permisos y a raíz de las protestas fuimos una solución para la Municipalidad, hicimos su trabajo”. Los integrantes tienen de 25 a 80 años.
Neira, quien nació en Cuenca y se radicó por muchos años en Estados Unidos, sostiene “no es que no tengamos nada mejor que hacer, es por el cariño y aprecio a la ciudad”.

Se trata de un proyecto a largo plazo. “No nos vamos a cansar hasta que, al menos, se terminen los miles de galones de pintura disponibles”.

En los últimos tres meses han pintado las fachadas de las viviendas céntricas de la ciudad que estaban cubiertas con grafitis. Visitaron sectores tradicionales, como El Padrón y Todos Santos; y los barrios de San Sebastián y Santo Domingo, el mercado Tres de Noviembre, entre otros.

Jaime López, quien difunde las tradiciones y manifestaciones culturales de Cuenca, sostiene que el grafiti es un tema que se debe debatir profundamente. “Hay una ordenanza municipal que debe aplicarse o hacerse los ajustes necesarios para evitar que se manchen las paredes de la ciudad”.

Según López, hace falta un poco más de apoyo por parte de las autoridades locales, para controlar a quienes manchan las paredes. “No nos vamos a cansar, allí estaremos para volver a pintar, veremos quién se cansa primero”, coincidieron Raskind y Neira.

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