El servicio de transporte público sigue siendo deficiente en Quito. Según la Secretaría de Movilidad, entre enero y mayo de este año, se han registrado 31 quejas formales de usuarios, a través del aplicativo Movilízate UIO. La mayoría tiene que ver con irrespetar la tarifa del transporte, el mal estado del bus y una conducción imprudente del chofer. Además, hay quejas por viajar con exceso de pasajeros y denuncias de maltrato por parte de los empleados.
¿Por qué la calidad no mejora?
César Arias, consultor en temas de movilidad urbana, explica que la actual crisis del transporte público tiene varias causas. Una es la falta de una política de tarifas adecuadas, ya que los costos son más altos y el servicio genera déficit, tanto en el transporte municipal como en el convencional. Insiste en que no se puede pedir calidad con una tarifa de USD 0,25 o 0,35. Y cita algunas decisiones que a su parecer fueron equivocadas, entre las principales: permitir unidades a diésel en el sistema Trolebús, y admitir buses de 80 pasajeros en el Corredor Central norte. Estos tienen una sola puerta y demora el embarque y desembarque, lo que alarga el viaje. Considera que falta liderazgo y transparencia en la reestructuración de rutas y que se han desplazado criterios técnicos y han prevalecido los políticos en la toma de decisiones.
Álex Rivera, docente de Ingeniería de Tránsito de la U. Central, añade otro elemento que dificulta mejorar la calidad del servicio: el poder político del gremio del transporte. Lo que deriva en una debilidad institucional del Municipio en la planificación y control de los sistemas de traslado de pasajeros.
Galo Cárdenas, consultor de transporte público, agrega que en la Municipalidad no hay falta de capacidad técnica, sino incapacidad de llevar a acuerdos al sector político, técnico y de transporte. “Los transportistas tienen presencia política importante e influyen en muchas decisiones, por lo que no se ha podido trabajar por los intereses de la ciudad”, dice. Los tres expertos aseguran que es posible mejorar la calidad del transporte público y citan cuatro ejemplos.
Bogotá
Transmilenio no se libra de los problemas del transporte público, como la alta demanda en horas pico, sin embargo, tiene buen manejo. El sistema utiliza ya buses eléctricos, trabaja con energía limpia, tiene amplia cobertura y los tiempos de desplazamiento son positivos en una ciudad congestionada. Pero el pasaje está sobre los USD 0,60. Además, sirve a más de 10 millones de habitantes. Los costos operativos se cubren en un 35% con el pago del pasaje, y el resto lo financia la ciudad.
Santiago de Chile
En esta ciudad, el transporte público dio un paso adelante con operadores asociados en empresas que dan un servicio de calidad. El sistema integra física y tarifariamente a todos los buses de transporte público de la ciudad, operados por siete concesionarias, además de Metro de Santiago. Transantiago sirve a 6,2 millones de usuarios en 680 km2 de zonas urbanas. El sistema lo maneja el Ministerio de Transporte, que interactúa con los transportistas, firma los contratos de rutas y paga.
Río de Janeiro
Cuenta con un sistema de transporte integrado que se paga con una sola tarjeta. El pasaje ronda los USD 0,80. La mayoría se mueve en líneas mixtas, de compañías públicas y privadas. Allí trabajan con vales de subsidios al transporte, es decir, las personas de escasos recursos reciben una recarga a su tarjeta con determinado número de viajes al mes. Así se logra subsidiar el pasaje a los más necesitados, mientras que las personas que sí tienen posibilidades pagan el pasaje entero.
Curitiba
Es el mejor ejemplo de un sistema de transporte que no requiere subvención, pero su tarifa es de casi USD 1. Es un sistema basado en corredores exclusivos. Se prioriza al bus por sobre el auto particular. Ahí no hizo falta construir un metro. Es similar al sistema trolebús, pero en Curitiba se cuenta con 72 kilómetros de vías exclusivas y 10 sistemas troncalizados. Son empresas privadas coordinadas y gestionadas por el Municipio, que paga por kilómetro recorrido y pasajeros transportados.
Obstáculos
En Quito, el servicio de transporte público convencional tiene deficiencias. No se cumplen parámetros técnicos. A esto contribuye el que los buses estén en manos privadas y que sus propietarios tengan un gran poder político.