La cruz del Miércoles de Ceniza marca el inicio de la Cuaresma

Los fieles hicieron largas filas para lograr la señal, que representa un camino de penitencia a lo largo de la Cuaresma. Foto: EL COMERCIO

Los fieles hicieron largas filas para lograr la señal, que representa un camino de penitencia a lo largo de la Cuaresma. Foto: EL COMERCIO

Cientos de feligreses coparon la iglesia San Francisco de Guayaquil. Aquí se realizaron varias misas este miércoles 6 de marzo de 2019. Foto: EL COMERCIO

Polvo eres y en polvo te convertirás’. Era la frase que repetía Blanca Pozo a quienes se acercaron la mañana de este miércoles 6 de marzo de 2019 al altar de la iglesia San Francisco, en el centro de Guayaquil.

Ella fue una de las encargadas de plasmar en la frente de los feligreses la cruz del Miércoles de Ceniza, que simboliza el inicio de la Cuaresma entre los fieles católicos. Son 40 días para la oración, el ayuno y el perdón.

“Cuando llegue la muerte volveremos a la tierra y tendremos que dar cuenta a Dios. Lo importante es saber perdonar a todos y amar al prójimo”, reflexionó Pozo al hablar sobre este acto de fe.

Los fieles hicieron largas filas para lograr la señal, que representa un camino de penitencia a lo largo de la Cuaresma. Foto: EL COMERCIO

Cientos de devotos se agolparon desde temprano en las principales iglesias céntricas de Guayaquil, como La Merced y la Catedral Metropolitana de San Pedro.

Las bancas lucían repletas en la iglesia San Francisco. Entre esa multitud estaba Nelly Sacoto, quien hizo una oración después de recibir la ceniza. “Es algo regocijante para los católicos, tan puro, un símbolo del anuncio de la muerte y la resurrección de Cristo”.

A un costado del púlpito, Francisco Morán juntaba las cenizas con agua bendita. Cada año recolectan los ramos bendecidos del año anterior y los queman para obtener la mezcla que representa la penitencia. “La cruz significa muerte pero también resurrección”, dijo Morán, sin dejar de mezclar.

Francisco Morán alista la mezcla de cenizas con agua bendita. En la iglesia San Francisco quemaron los ramos bendecidos en el 2018 para la preparación. Foto: EL COMERCIO