En Imbabura, los músicos más antiguos comparten sus conocimientos con los jóvenes. José Luis Rosales / EL COMERCIO
Llegaron desde varios cantones de la provincia de Imbabura. Músicos, danzantes, comuneros… alegraron con los ritmos de la Fiesta del Sol a la ciudad de Ibarra.
El parque Ciudad Blanca, en el sur de la urbe, acogió a decenas de kichwas de los pueblos Otavalo, Natabuela y Karanki, hoy, 19 de junio del 2016.
Unos con cantos en kichwa o en español. Otros recitando coplas. Y todos zapateando en círculos recorrieron la avenida Camilo Ponce, circundante a la plaza.
Este sitio fue escogido como sede del II encuentro de los Pueblos en los Tiempo del Inti Raymi, que organiza la Prefectura de Imbabura. Es un acto que coincide con esta celebración andina, en agradecimiento a la madre tierra y al sol por las cosechas obtenidas.
El sonido agudo del churo (caracol marino), las flautas, armónicas, violines, bandolinas se fusionaban para convocar a la festividad en el Ciudad Blanca.
Desde las 10:00, Lidia Alba empezó a reunir a 150 vecinos de la comuna Panecillo, en Otavalo, y antes del mediodía arribaron a la capital imbabureña.
En las comunas kichwas se comparten los alimentos que brinda la madre tierra como una muestra de solidaridad. Foto: José Luis Rosales / EL COMERCIO
En la localidad otavaleña la mayoría de habitantes son indígenas. Ellos se alistan para participar, del 22 al 26 de este mes, en el baño de purificación, el baile de casa en casa y el compartir los alimentos, que hacen en honor a las cosechas.
Algo similar ocurrirá entre los habitantes de la parcialidad de Manzano Guarangui, situada en el este de Ibarra. “Una de nuestras tradiciones es la entrega de castillos –una especie de ofrendas de alimentos que van colgados en esta estructura de carrizo- para los nuevos priostes”, explica José Emilio Salazar, líder de este poblado karanki.
Para los indígenas es una fiesta de reciprocidad entre familiares y vecinos. Por eso, la habas, mellocos, papas, maíz…, que acaban de ser cosechadas en parcelas de Piava Chupa, en Cotacachi, fueron los ingredientes principales del almuerzo comunitario para 90 vecinos del sector.
“Debemos comer bien para poder soportar varias horas de baile”, comentó Cristian Ulquiango, uno de los dirigentes del sector.
Desde este fin de semana, la Fiesta del Sol empezó a esparcirse por las comunidades del callejón interandino.