La celebración del Inti Raymi (Fiesta del Sol) pierde vigencia en las comunas indígenas de Chimborazo. Las principales causas son la falta de promoción y la incorporación de la cultura blanco-mestiza, especialmente en lo religioso, según los expertos y practicantes de estos rituales ancestrales.
Para Susana Andrade, antropóloga e investigadora de este tema en Chimborazo, la conversión al protestantismo en esta provincia empezó hace 40 años. “Este proceso transformó el sistema cultural y religioso tradicional de los indios quichuas y ocasionó la ruptura, transformó y destruyó las prácticas culturales tradicionales como el Inti Raymi”.
Valeriana Anaguarqui, de 59 años, pertenece a un grupo de 30 yachacs que intentan mantener la espiritualidad de la fiesta. “En esta provincia se ha perdido la esencia de esta celebración por diversos factores. Por eso viajaré a Imbabura, para reunirme con gente que aprecie estos rituales”.
Para esto Anaguarqui alista varios utensilios como un recipiente de cerámica donde colocará carbón e incienso para encender ‘el fuego sagrado’. También llevará dos pequeñas lanzas de chonta, dos churos o caracolas, envoltura de tabaco y un frasco con extractos de plantas medicinales.
Vestirá una blusa blanca con bordados verdes, rojos, azules y dorados. “Es ropa con colores y tejidos que simbolizan la alegría de la danza de los Andes”.
A una hora de Riobamba, en la comuna Columbe–San Francisco vive el yachac Mariano Atupanta. Para él, las nuevas generaciones indígenas desconocen mucho de esta celebración. “Lo único que nos queda es agruparnos en Colta con otros 30 sabios para hacer los rituales del Inti Raymi. Es uno de los últimos bastiones de esta celebración”.
En su modesta vivienda abundan las plantas medicinales que utiliza en sus ritos, como la ortiga, manzanilla, taraxaco, sangorache, atzera, etc.
Para Piedad Zurita, directora de la Fundación Arte Nativo, que se dedica a recuperar las prácticas ancestrales y documentarlas, en Chimborazo la fiesta del Inti Raymi ha perdido fuerza. “Faltan políticas públicas y promoción de las costumbres. El conocimiento andino se pierde y los indígenas han olvidado sus tradiciones por las prácticas mestizas”.
Zurita recuerda que cuando era niña, centenares de indígenas se posesionaban de la plaza de Tixán. “Llegaban vestidos con trajes hermosos decorados con espejos y monedas. Danzaban y cantaban en quichua. Ese conocimiento se muere con los viejos porque a los jóvenes ya no les interesa”.
Punto de vista
Julio Yuquilema. Dir. Ñucanchik Kawsaypi Yallishun
‘Hay que recuperar la memoria ancestral’
La comunas indígenas celebran San Juan y San Pedro, fiestas católicas que coinciden con el Inti Raymi. Pero muy pocos conocen el trasfondo de esta exaltación. En realidad, estas fiestas fueron una estrategia de nuestros antepasados para camuflar su adoración al Sol, la Luna, las montañas, lagos y ríos. Así evitaron que se perdiera. Sin embargo, hoy las nuevas religiones y la migración a las ciudades también son factores incidentes en el olvido del conocimiento. Nuestros padres perdieron la conexión con sus antepasados. Por esa razón, a esta generación le corresponde entender la importancia de las costumbres nativas. Hay que investigar y recuperar nuestra memoria ancestral.