Las autoridades del Comité de Operaciones Emergentes de Azuay se reunieron esta mañana en el cantón azuayo de Ponce Enríquez. Allí decidieron suspender de forma momentánea la búsqueda de cuerpos entre los escombros depositados en el campamento Pueblo nuevo que fue devastado.
La razón: la maquinaria pesada trabajará en el flanco de la montaña para canalizar las vertientes de agua que ruedan libremente sobre el deslave. Por eso, sigue activo el desprendimiento de tierra de la parte alta y pone en peligro el trabajo del personal y maquinarias.
Según el gobernador, Humberto Cordero, concluido estos trabajos se retomará la búsqueda de las personas en el 10% del área de escombros que aún falta de remover. Él tiene el registro de dos peruanos desaparecidos. El uno de nombre Gustavo Marcelo Juárez, laboraba en la vecina mina de El Diamante, que también fue afectada.
Cordero contó que solicitaron al cónsul de Perú en Ecuador, Zósimo Murillo, que envíe comunicados a sus pueblos que están más próximos a la frontera de donde proviene la mayoría de peruanos que trabajan en las minas de Ponce Enríquez, muchos de ellos en condiciones de irregularidad.
Hasta el momento se contabilizan 11 víctimas de este desastre natural: cinco peruanos y seis ecuatorianos. Él último fue el administrador de la mina, Freddy Caruzo Madero, encontrado ayer eso de las 13:00.