Las principales vías de comunicación de Zamora Chinchipe amanecieron ayer patrulladas por la Policía y el Ejército. Este escenario sorprendió a quienes se movilizaban por la vía principal que conduce de Zamora a Yantzaza.
En el sector Soapaca, desde la madrugada, una veintena de militares revisaba minuciosamente a todo vehículo. En la vía que conduce de Zumbi a los cantones Nangaritza y Paquisha, otros 20 uniformados impidieron el ingreso de cualquier carro.
Eran las 06:50 cuando 28 pasajeros del bus de la empresa Yantzaza fueron impedidos de avanzar. Entre ellos viajaban profesores, alumnos, empleados públicos, finqueros… A 55 km de la capital provincial, en el acceso al cantón Paquisha, el puente sobre el río Nangaritza fue tomado por al menos 400 personas: habitantes de comunidades shuar e indígenas, pequeños mineros, mineros artesanales, campesinos’Ellos, un día antes, se prepararon para bloquear el ingreso de la Policía que anunció el desalojo de los mineros de Conguime. Es una zona en donde hace 30 años los shuar empezaron a buscar oro en las playas del río Nangaritza.
Wilson Pástor, ministro de Recursos Renovables y no Renovables, durante una visita a Zamora el pasado 23 de agosto, anticipó el desalojo argumentando que allí se está alterando el medio ambiente de forma caótica.
En esa zona hay 1 600 personas, entre ellas unos 700 indígenas saraguros y shuar, dedicados a la pequeña minería y minería artesanal. Ellos ocupan 40 hectáreas.
Para impedir el acceso de la Policía, los manifestantes abrieron una zanja junto al puente. Así se evitó hasta las 11:00 de ayer el ingreso de al menos 70 vehículos, la mayor parte camionetas y buses que transportaban a los uniformados. Una pertinaz llovizna también se hizo presente.
Para dispersar a la gente que amaneció tomada el puente, los policías utilizaron gas lacrimógeno. Una batalla campal libraron los gendarmes que fueron atacados con piedras y palos. El gas lacrimógeno afectó más a los alumnos y maestros de la Escuela Segundo Cueva Celi, que abandonaron presurosos sus aulas.
Unas 400 casas, que tiene la cabecera cantonal, fueron afectadas por las bombas lacrimógenas.El enfrentamiento duró al menos 40 minutos, desde las 07:50. Como consecuencia resultaron heridos Segundo Salinas, de 40 años y Édgar Chimbo, de 32. Los médicos diagnosticaron sus casos y dijeron que son complicados debido a las heridas de perdigones en sus extremidades. Ramiro Parra y Lauro Lozano también salieron con heridas en sus cejas por el impacto de las bombas.
Lo peor sucedió a las 13:20, cuando se sumaron otros 500 uniformados, entre policías y militares. En total eran cerca de 1 500. Llegaron 14 cabezales con plataformas para ingresar a Conguime y sacar la maquinaria (excavadoras) que usan los mineros.
Desde el Municipio de Zamora se pedía no salir de las viviendas; mientras el párroco de Paquisha, Patricio Barrera, intentaba en vano reunirse con las autoridades para buscar una salida pacífica.
“Esto es un abuso de poder”, expresó el religioso mientras observaba a decenas de habitantes del pueblo que huían de sus casas por causas del gas lacrimógeno.
Tras el segundo enfrentamiento hubo un nuevo herido, resultado del impacto de una bomba.
Por dos ocasiones, este Diario intentó en vano dialogar con la gobernadora, Jenny Rodríguez, para conocer sobre el operativo de la Fuerza Pública. Su asistente, Abel Orellana, argumentó que estaba en una reunión. El Subsecretario de Minas de Zamora Chinchipe, Eduardo Calvas, tampoco quiso hablar, “porque -dijo- todo se está manejando desde Quito”.
En la capital, el Ministerio de Gobierno no emitió ninguna declaración. Solo la secretaria de los Pueblos, Alexandra Ocles, se pronunció. En declaraciones a la Radio Pública, dijo que “el Gobierno tomó esa medida (la del desalojo) para garantizar la descontaminación de la zona”. Agregó que existen mineros que, al margen de la ley, utilizan maquinarias y grandes cantidades de mercurio para sus actividades y que, siendo minería ilegal la que se realiza, “el desalojo tenía que realizarse”.