Los conductores de los buses de Santo Domingo usan pitos similares a los de los policías, para que fluya el tránsito. Foto: Juan Carlos Pérez/ EL COMERCIO
En las calles de Santo Domingo, en el occidente del Ecuador, pareciera ser que aumentaron los policías de tránsito. El sonido agudo que se emite del silbato que usan los uniformados se oye más que de costumbre.
El ruido no proviene de la acción de los policías sino de los conductores de los buses de transporte urbano. Desde hace dos meses, ellos usan un pito para ayudar a que el tráfico fluya en los sitios de congestión.
Aunque la mayor parte de las veces lo suenan para que sus compañeros de otras unidades de transporte aceleren la marcha, hay unos choferes que lo consiguen a tal punto que evitan usar el claxon del vehículo para rebasar o llegar a las paradas.
En las calles donde más se escucha el sonido de los pitos es en la 29 de Mayo y la avenida Quito. Las dos concentran la máxima cantidad del flujo vehicular de la ciudad.
Según la Policía de Tránsito, por esas arterias circulan cerca de 8 000 carros y buses en el día. Es por eso que para Tony Guzmán, el silbato se ha convertido en una necesidad que no solo busca simular la presencia de un agente del tránsito sino que los conductores estén con la mirada puesta al frente.
Guzmán es conductor de uno de los buses de la compañía Transmetro y el pito lo lleva sobre el bolsillo de su camisa o a veces colgado sobre el cable del radio Motorola.
Pero el chofer José García no está de acuerdo con esa práctica. Él cree que ese accesorio debe de ser de porte exclusivo de los policías de tránsito, “es decir a quienes le corresponde poner el orden en las vías”.
En cambio el controlador Adolfo Atamba asegura que quienes no llevan el pito optan por hacer un silbido con un poco de aire retenido en sus labios, que al final suena similar al del pito policial. “Siempre se lo ha hecho pero ahora se prefiere comprar un pito para hacer creer a la gente que es un policía el que controla”.
Los conductores dicen que logran agilizar el tránsito, con el uso de los pitos en Santo Domingo. Foto: Juan Carlos Pérez/ EL COMERCIO
La Policía de Tránsito conoce sobre esta alternativa que aplican los choferes. El sargento Alonso Pilco dice que no hay una prohibición para que lo hagan. Pero señala que ese es un trabajo que le corresponde al agente del tránsito porque conocen cuando y en qué momento aplicar su uso.
No obstante los expertos consideran que no se debe descartar una regulación tanto para el exceso de la aplicación del claxon del carro como la de los pitos.
El director de Gestión Ambiental del Municipio, Jaime Pazmiño, asegura que los dos instrumentos generan contaminación auditiva. El claxon al ser accionado llega a un pico de 95 decibeles mientras que un silbato alcanza los 60 cuando se lo hace de forma prolongada, según Pazmiño.