Desde Chile, el médico Antonio Ortega recomienda no relajarse

El médico ecuatoriano Antonio Ortega Navia en una unidad de cuidados intensivos, en Santiago de Chile. Foto: cortesía

Desde que el virus llegó a Chile, el médico ecuatoriano, Antonio Ortega Navia, no ha dejado de estar en primera línea de atención en ese país.

Tras la experiencia que tuvo esta nación al lograr vacunar al 70% de su población, los llevó a confiarse, a liberar medidas y hubo nuevos contagiados. Luego de tres meses, las cifras vuelven a bajar. Por eso, pide a los ecuatorianos no relajarse.

Ortega nació en Guayaquil hace 41 años y se graduó como médico general en la Universidad Estatal de Guayaquil. Reside en Chile desde el 2007.

Se ha desempeñado como jefe técnico de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) coronaria de la clínica Indisa, y también ha sido parte del equipo de galenos de la UCI quirúrgica.

Desde su puesto de trabajo, en Rancagua, en el sur de Santiago, le cuenta a este Diario que ese país afronta este nuevo pico de infectados, con una mayor experiencia y en un contexto de estrés y alta carga laboral en el personal médico de todo el sistema.

Esto ha provocado que la mayor parte de profesionales, entre médicos y enfermeras, recurran a solicitar licencias para liberarse de la tensión y la depresión adquirida este tiempo.

En algún momento, el excesivo pedido de esos permisos agobió al sistema y generó una escasez de personal.

Según Ortega, se duplicaron esfuerzos entre quienes siguieron en los distintos frentes de atención.

Por ejemplo, un médico de UCI, que normalmente atiende en seis camas, durante 12 horas, pasó a tener a su cargo 10 pacientes graves.

Sebastián Ugarte, jefe de los becarios por la Universidad Andrés Bello, donde Ortega cursa el último semestre de una subespecialización en medicina intensiva, ha sido testigo de lo difícil que ha sido para este ecuatoriano sobrellevar la carrera, en la pandemia, y su vida personal.

Ortega se enteró durante la emergencia sanitaria por el coronavirus que padecía de un cáncer en la tiroides. En esas condiciones se organiza entre el tratamiento de la enfermedad y sus labores, tanto en la academia, como en la casa de salud particular.

Para Ugarte, esto demuestra el profesionalismo y el compromiso de servicio que debe tener todo profesional que sigue y ejerce esta carrera.

Alexis Mosquera, Óscar Ramírez y Javier Bolaños, compañeros del médico guayaquileño, saben de su esfuerzo y dedicación profesional.

Lo conocen desde cuando se formó como médico urgenciólogo en la Universidad de Santiago de Chile. Mosquera lo recuerda en esa faceta en consultorios privados, durante sus primeras travesías en Chile.

Ahí fue conociendo el comportamiento de la población chilena frente a las patologías de mayor demanda en la atención primaria de salud.

Se enteró de que el sistema del país trata de hacer una contención inicial para que cuando vayan a la red pública, llamada Fonasa, lleguen con menos complicaciones patológicas.

Daniela Meneses, esposa del ecuatoriano y enfermera chilena de formación, lo conoció durante sus actividades profesionales.

Cierto día se encontraron en una emergencia y lograron salvar la vida de un paciente en un trabajo en conjunto, que implicó varias horas de esfuerzo.

Fue entonces cuando se conocieron más hasta unirse en un matrimonio, fruto del cual nació una niña.

Ortega sigue con expectativa las decisiones del gobierno del presidente Sebastián Piñera, que para él han sido clave en la estrategia de contención y tratamiento del 1 907 154 contagiados, entre confirmados y probables.

Una de las que destaca, tras la primera ola registrada en junio y julio del año pasado, es que las camas del sistema de salud de la red pública y privada hayan pasado al Estado por pedido expreso del Gobierno.

De esa forma se logró equilibrar el déficit que se tenía y, a su vez, permitió que el Régimen dotara de ventiladores mecánicos a todas las áreas liberadas para las atenciones.

En Indisa, donde actualmente trabaja este galeno ecuatoriano, se amplió la capacidad en la UCI de 30 a 100 camas y, así mismo, ocurrió en otras casas de salud de todo el país.

El médico asegura que, otra medida importante, fue el hecho de incorporar a los becados que estaban en proceso de especialización a las atenciones en las diferentes áreas críticas.

También se lo hizo con los médicos de otras especializaciones. Ellos recibían el acompañamiento de expertos en UCI y así se pudo solucionar en parte la alta demanda de personal.

Daniel Apolo, maestro en medicina intensiva de Ortega, cuenta que en este momento se está volviendo a la transición entre el fin de la cuarentena en la región metropolitana y la aplicación de la fase 1.

Esta consiste en dar autorizaciones a la población para que puedan ir al banco, comercios, clínicas, entre otros espacios, por horarios.

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