La nueva administración de las termas de Chachimbiro, uno de los complejos turísticos más visitados de Imbabura, genera desacuerdos y medidas de hecho.
La Fundación Cordillera y el Municipio de Urcuquí, cada uno por su lado, reclaman al Gobierno Provincial de Imbabura (GPI) por la administración de este regenerado complejo.
El domingo último, en sesión extraordinaria, cuatro de los seis consejeros decidieron dar por terminado el contrato de comodato con la Fundación Cordillera. Eso favorece al Cabildo.
Esta fundación administró las termas durante los últimos 15 años. El comodato concluyó el 28 de febrero último.
La decisión del domingo disgustó a varios empleados y dirigentes de la fundación. Ayer, con el apoyo de decenas de moradores de la zona, se encerraron en las instalaciones del complejo.
Esta acción no inquietó al alcalde de Urcuquí, Nelson Félix. Según él, los trabajadores de la fundación están mal informados y es necesaria una reunión.
“La Constitución nos da el derecho de administrar Chachimbiro. La Junta Parroquial de Tumbabiro y los comuneros administrarán este bien”, dijo.
Alrededor de 13 000 turistas visitan mensualmente las termas. Sus instalaciones son modernas y bien mantenidas.
El complejo de piscinas, turcos y saunas usa el vapor y las aguas extraídas de un acuífero a 1 500 m de profundidad. Germán Gómez, presidente de la fundación, dijo que Chachimbiro se convirtió en la mejor empresa de desarrollo comunitario, por el esfuerzo conjunto.
En 1995, la fundación Cordillera recibió el balneario con las instalaciones en mal estado, sin infraestructura para hospedaje u otros servicios turísticos.
Ahora tiene capacidad para alojar a 143 personas. Además del jacuzzi y el sauna, cuenta con dos cuartos de barro-masaje, 16 piscinas, toboganes, restaurantes… El GPI deberá realizar la entrega-recepción del complejo en los próximos días.