A partir de las 20:00, una parte del Centro Histórico de Riobamba se queda deshabitada. Esto ocurre porque allí funcionan diversas instituciones públicas y privadas cuyos funcionarios culminan sus labores máximo a las 18:00. Otras edificaciones fueron adecuadas para la instalación de almacenes, oficinas y consultorios. No así para viviendas.
“De continuar esta tendencia y sino se aplica un plan para repoblar el área colonial, las 900 viviendas que en la actualidad están habitadas, se quedarán sin vecinos”, explica Mario Garzón, ex director de Centro Histórico de la Municipalidad local.
Según un informe del Departamento de Avalúos y Catastros del Cabildo, 2 100 de las 3 000 viviendas que hay en la zona central son comerciales. Para Garzón es necesario que en el Plan de Reordenamiento Territorial establezca políticas públicas para el manejo del Centro Histórico.
“Es decir, que en las aprobaciones de los planos para las rehabilitaciones, adecuaciones y el uso del suelo, se obligue a los dueños de las edificaciones para que el 50% del área de construcción se destine a vivienda. Eso dará más movimiento y atraerá al turismo, de lo contrario los visitantes se alejarán por la falta de prestaciones y de seguridad”.
Otra de las estrategias es aplicar un plan de desconcentración de las instituciones públicas. Esto con el fin de que las oficinas privadas, consultorios y locales comerciales se desocupen.
Con ello, según los técnicos del Cabildo, se podría motivar a los propietarios de los inmuebles para que abran hoteles, hostales, hosterías, cafeterías y restaurantes. Mientras eso no ocurra, el Centro Histórico seguirá desolado en las noches.
Sin embargo, Carlos R., propietario de una casa en ese lugar, considera que él y otros propietarios necesitan del apoyo municipal para transformar las casas añejas en propiedades renteras y para establecer negocios.
Su vivienda es de dos plantas y tiene cinco balcones. Las paredes están pintadas con colores amarillo y verde. Un olor a humedad se percibe en la vieja casona que tiene techado de teja.
Este hombre cuenta que no tiene los recursos necesarios para invertir, pero está interesado en iniciar un negocio.
Esta es una de las 178 propiedades consideradas por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) en estado regular de conservación. Esta institución tiene inventariadas en la actualidad 466 edificaciones. El informe señala que 270 casas están en estado bueno. Otras 178 se hallan en una situación regular, 17 malas y una en estado ruinoso.
José Ruiz, miembro del Frente de Defensa del Patrimonio Cultural de Chimborazo, explica que el Centro Histórico debiera ser aprovechado como un atractivo turístico y también para solucionar la falta de vivienda en la capital provincial.
“Pero no hay visión de las autoridades para recuperar esta zona. Para conseguirlo se debe incentivar a los propietarios. Por ejemplo, que no paguen impuestos prediales y con los estudios para refaccionar sus viviendas”.
Para Marco Portalanza, miembro de la Comisión de Centro Histórico, es factible poner en marcha un plan de recuperación.
“Se espera que el Gobierno por medio de proyecto ‘Vive Patrimonio’ pueda entregar bonos para hacer realidad las restauraciones. Esto se está aplicando en otras ciudades. Esto siempre que no se retrasan los recursos y la gente abandone la reconstrucción y la apertura de negocios”.
Más edificaciones se perdieron en los últimos 15 años
Mario Garzón , ex director del Centro Histórico del Cabildo, explicó que en 15 años una parte de las construcciones del Centro fueron derrocadas.
A finales del mandanto del ex alcalde Fernando Guerrero, seis casas fueron demolidas sin permiso, según Garzón.
Con la apertura en Chimborazo de las oficinas de la Regional del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), el control es más continuo.
En la actualidad, técnicos del INPC coordinan con la Municipalidad para evitar que se dañe a más edificaciones.
14 edificaciones están consideradas como monumentales. Es el caso del Colegio Maldonado, teatro León, El Correo, La Basílica y otros.
El turismo hacia el Centro se incrementó en la última década, esto ayudó a crear conciencia patrimonial.