La ceniza del Sangay afectó a 80 000 hectáreas de cultivos

El personal del Municipio de Alausí limpia la ceniza que se acumuló en las calles de la urbe. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

El paisaje en Guamote, Alausí, Chunchi, Pallatanga y Cumandá es grisáceo. Una gruesa capa de ceniza del volcán Sangay cubre unas 17 357 hectáreas de cultivos y pastos.
En total, en el país están afectadas 80 000 hectáreas de cultivos, según un balance del Gobierno. Los daños más fuertes se registran en Chimborazo y Bolívar; hay un impacto mediano en Guayas y Los Ríos.
La erupción del domingo 20 de septiembre causó una caída de ceniza sin precedentes. “No sabíamos de dónde caía este polvo. Vimos que el cielo se oscureció y nos asustamos”, relató Feliciano Inga, de la comunidad San Francisco de Bishud, en Guamote. Al mediodía de ayer, 21 de septiembre, limpiaba con una vara un atado de tallos de maíz para alimentar a sus cuatro vacas. “No tenemos qué dar a los animalitos, esperamos que llegue la ayuda o nos quedaremos sin leche”.
En esa comunidad viven 432 familias que dependen de la siembra de chochos, cebada y trigo para subsistir. Allí el agua es escasa y la tierra es árida.
Según los técnicos del Ministerio de Agricultura y Ganadería, esos cultivos son resistentes y no se perderán si la caída de ceniza no es constante. “El chocho andino, por ejemplo, es una variedad muy fuerte. Habrá que limpiar los granos, pero el cultivo no se perderá”, explicó Álex Noriega, agrónomo del MAG.
Otro factor que evitó que las pérdidas fueran mayores fue la temporada del año. Los cereales como la cebada y el trigo -principales cultivos en Guamote, Alausí y Chunchi- se cosecharon entre julio y septiembre y los terrenos se alistaban para la siembra de diciembre.
“Si la caída hubiera ocurrido en otro momento, las pérdidas serían catastróficas. Los cereales fueron cosechados a tiempo y solo quedan los chochos, que casi están listos”, dice Edison Chávez, otro técnico.
Los ganaderos no corrieron con la misma suerte. Según un reporte preliminar del MAG, hay 20 070 reses afectadas y más de 7 500 hectáreas de pastos cubiertas de ceniza.
En Guamote, el MAG entregó un primer cargamento de ensilaje, banano y pastos conservados. Una segunda entrega se realizará en el transcurso de esta semana, se distribuirán 7 200 kilogramos de ensilaje proveniente de El Rosario y banano de El Oro.
La caída de ceniza también afectó a centenares de familias de las cabeceras cantonales y comunidades. En Guamote, la ceniza se acumuló en los techos, patios y terrazas.
Un vehículo del Municipio recorría las calles distribuyendo fundas verdes para la recolección de la ceniza. “Recojan la ceniza con cuidado, no utilicen agua, coloquen la ceniza en las fundas verdes y luego un carro la recogerá”, explicaba con un megáfono José Heredia, técnico del Cabildo.
“La gente de esta zona nunca había experimentado algo así y es algo nuevo también para nosotros como administración”.
En Alausí la recolección de ceniza continuó por segundo día consecutivo.
El Comité de Operaciones en Emergencias decretó una restricción total de movilidad que duró hasta el mediodía de ayer. Negocios, restaurantes y otros establecimientos funcionaron a puerta cerrada.
La primera vez que los habitantes de ese cantón vieron la ceniza volcánica fue en junio pasado, pero en menor cantidad. “He vivido aquí desde que nací y nunca había caído ceniza. La gente no sabía ni cómo limpiar”, dijo Wilson Naranjo.
En Bolívar, el cantón Chillanes es uno de los afectados. Un informe emitido por la Jefatura de Gestión de Riesgo del Consejo Provincial detalla que al menos 4 000 hectáreas de cultivos de mora, maíz, habas y pastos están afectadas.
Galo del Pozo, responsable de Gestión de Riesgo de la Prefectura de Bolívar, informó que 10 000 cabezas de ganado tienen problemas con la alimentación, debido a que los pastos están cubiertos con una gruesa capa de ceniza negra. Cacao, naranja, verde, limón y caña de azúcar de la zona subtropical tuvieron daños.
La ceniza volvió a caer ayer, pero en menor intensidad, según el Instituto Geofísico. El volcán emitió columnas de ceniza de hasta 6 km de altura.
Esta actividad ha provocado el represamiento de los ríos Volcán y Upano en el cantón Morona, debido al descenso de lava y a los flujos piroclásticos. Las autoridades se reúnen hoy, 22 de septiembre, para evaluar la situación.
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