Desde que se casó ha buscado un lugar tranquilo y propio para vivir. Rolando Gutiérrez dice que le costó 19 años encontrarlo. Está en el kilómetro 8 de la vía Santo Domingo-Chone.
Él compró un lote de terreno de 300 m² en USD 35 000, en la urbanización privada Las Macadamias. “Me gusta la idea de vivir fuera de la ciudad, para estar en contacto con la naturaleza”.
En la vía que conduce a Chone, desde el kilómetro 3 hasta el 10, se levantan nueve urbanizaciones lujosas; con piscinas, laguna, piletas, canchas de tenis, etc.
Los constructores dicen que han encontrado en los corredores viales un nicho de mercado rentable. Ahí se pueden hacer viviendas grandes, con espacios verdes, y al gusto del comprador.
En la carretera Santo Domingo – Quinindé existen seis urbanizaciones. El ‘boom’ inmobiliario en ambas vías empezó en el 2009, según Alfredo Villarruel, arquitecto de la zona.
Entonces se vendieron lotes y poco a poco se edifican las estructuras. En el proyecto Las Macadamias, el jardín, con plantas rojas y verdes, que está en la entrada es su carta de presentación.
Villarruel cuenta que las urbanizaciones se hicieron en esas dos vías por la cercanía con La Concordia y El Carmen. “Son vías que hasta llegar a su destino no tienen locales comerciales como la vía hacia Quevedo. Esto proporciona tranquilidad y seguridad”.
Gutiérrez, en cambio, escogió vivir en una urbanización porque en la ciudad “hay exceso de contaminación y tránsito”.
Las Macadamias tiene 28 hectáreas. De estas, 10 son espacios verdes, en los que existen animales silvestres como monos, armadillos y osos perezosos.
Según Helge Vorbeck, propietario del proyecto, este fue creado para clientes de estrato social alto que gustan del campo, pero que están acostumbrados a la ciudad.
José Hernández compró un lote de 200 metros en USD 20 000, en la urbanización Montecarlo, ubicada en el kilómetro 2 de la vía hacia Quinindé (Esmeraldas).
“La idea es construir una casa en un lugar que me permita estar alejado del bullicio de la ciudad, pero que estuviera cerca”. En un vehículo particular se llega en 20 minutos al centro de la urbe.
Hernández tiene previsto empezar a construir su vivienda el próximo mes.
Una de las ventajas que tienen las urbanizaciones es que los propietarios no tienen limitantes para escoger el diseño de la casa. En complejos habitacionales generalmente se impone un diseño.
En Rancho San Fernando, ubicado en el kilómetro 8 ½ de la vía hacia Chone, los propietarios escogieron los diseños de las casas por el paisaje de la zona.
Marcos Montalvo, el arquitecto constructor, asegura que han utilizado todos los recursos ambientales propios del lugar, como la madera, para fundir lo antiguo con lo contemporáneo.
Esta urbanización cuenta con un salón para eventos. Los propietarios de los lotes pueden utilizar los servicios del club como piscina, sala de eventos sociales, canchas, entre otros.
René Jaramillo, uno de los dueños de un lote en el Rancho San Fernando, aseguró que compró en la urbanización pensando en una casa de campo para descansar el fin de semana. El lote de 1000 m² le costó USD 25000.
Los precios
En Santo Domingo, en el momento existen 23 constructoras que han levantado 65 proyectos inmobiliarios.
Un terreno en el centro de la ciudad cuesta entre USD 50 000 y 70 000.
En las urbanizaciones, ubicadas en las vías de Santo Domingo, el precio varía entre los USD 20 000 y los 40 000.
En las vías hacia Chone y Quinindé hay urbanizaciones que venden lotes con los servicios de agua, luz, teléfono e Internet.