Carchi espera gabinete anticrisis en enero de 2019

Los comerciantes carchenses señalan que los clientes acuden más a Ipiales. Foto: Álvaro Pineda para EL COMERCIO

Tulcán amaneció ayer fría y lluviosa, después de un día de paro provincial para exigir la atención del Gobierno Nacional. Según los dirigentes del Comité Cívico para la Reactivación Económica del Carchi, que organizaron la paralización del lunes, esta localidad fronteriza continúa sumergida en una crisis.
Sin embargo, los carchenses mantendrán una tregua hasta mediados de enero del 2019. Así lo acordaron con Paúl Granda, secretario de la Política, tras una reunión urgente que se realizó la tarde y noche del lunes, en Tulcán. Eso permitió poner fin a la protesta.
Aunque no se fijó un día, los sectores productivos, gremios, transportistas, agricultores, autoridades locales, entre otros que integran el Comité Cívico, decidieron esperar hasta enero. Ese mes se aspira que el presidente Lenín Moreno y sus ministros se reúnan en Tulcán, para responder a los pedidos de los carchenses.
Durante la paralización presentaron un pliego de 12 puntos. Entre otras cosas exigen que la Asamblea Nacional elabore el reglamento a la Ley Orgánica de Desarrollo Fronterizo, que fue aprobada en mayo.
Según Jairo Pozo, presidente del Comité Cívico, ese cuerpo legal no se puede aplicar mientras no haya una reglamentación. Los pedidos son diversos. Incluyen solicitudes como la ampliación de la vía Panamericana en Carchi hasta el indulto de 40 personas acusadas del tráfico irregular de combustibles.
Uno de los sectores más afectados es el comercio, afirman los dirigentes. En Tulcán, es la principal actividad económica. Sin embargo, muchos negocios han cerrado.
Bayardo Martínez, director de la Cámara de Comercio de Tulcán, recuerda que mientras en el 2002 la institución tenía 4 000 afiliados hoy posee 93.
Señala que luego de la dolarización del país, en el 2000, cerraron el 82,3% de locales comerciales. Muchos eran inversionistas de otras provincias que abandonaron Carchi cuando hubo problemas.
La crisis tiene relación con la continua devaluación del peso colombiano frente al dólar, explica Manuel Montúfar, catedrático de la Universidad Politécnica Estatal del Carchi. Ese fenómeno torna más baratos los productos y servicios en el vecino país en relación a los que se ofrecen en Ecuador.
Mientras que en nuestro país constituye un problema, en Colombia la devaluación es aliada de los negocios. John Jairo Suárez, jefe de planificación y proyectos de la Cámara de Comercio de Ipiales (CCI), Colombia, explica que el alza en la cotización del dólar les beneficia desde el 2014. “Los ecuatorianos, que son nuestros principales clientes, llegan cada vez con una moneda de mayor poder adquisitivo”.
Según un estudio de la CCI, los fines de semana cruzan la frontera alrededor de 5 000 ecuatorianos para realizar turismo de compras. También explica que ya no se quedan solo en Ipiales. Ahora avanzan hasta Pasto o Cali. Muchos de ellos van en paseos organizados por agencias de viajes, para visitar exclusivamente los centros comerciales.
Ese auge en Colombia ha permitido, por ejemplo, que se establezcan nuevos negocios. Suárez asegura que actualmente en Ipiales hay unas 12 000 empresas, un 14% más que en el 2015. Del total, el 75% es de tiendas y almacenes.
Martínez y Suárez coinciden en que el diferencial cambiario, que unas veces beneficia a un país o al otro, es la dinámica que favorece actualmente al sur de Colombia.
Ayer con un dólar se podían adquirir 3 200 pesos, de acuerdo con la tasa oficial. Eso es un atractivo para los compradores que llegan a Ipiales con dólares, especialmente entre noviembre y diciembre.
El Comité Cívico vigilará que se cumpla el Gabinete presidencial. Pozo aseguró que es la octava vez que entregan el pliego de pedidos a las autoridades del Gobierno central. Pero si no cumplen su palabra, dice, anuncian medidas de hecho más extremas.